¿Qué te puedo dar yo que tú no tengas, si todo lo que tengo es tuyo?
Gracias Señor por los 25 años vividos en nuestra parroquia tan acogedora.
¡Cuánto tiempo ha pasado y con qué esfuerzo fue adquirida!, pero con tu ayuda y con todo lo que se trabajaba para que nuestra “casa” fuese construida para todos, no como casa, sino como templo donde tú estás en medio de nosotros, y donde nos hablas por medio del Evangelio, para que nunca nos apartemos de ti y vivamos una vida de espiritualidad.
¡Con qué alegría se trabajaba y con qué amor y esfuerzo fue concebida la casita tuya y nuestra!
Gracias a ti Señor y Padre que siempre estás con tus hijos; así pues, tenemos es deber de corresponder, que nosotros estemos contigo.
Tú estás en el Sagrario y no te vemos, pero te sentimos. Debemos sentirnos orgullosos de poder sentir y decir ¡vamos a la casa del Señor!
Él a todos nos está esperando y siempre seremos bien recibidos: Gracias Señor por este aniversario.
A.G
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