martes, 17 de marzo de 2020

Diario del Coronavirus. Día tercero (17/3/2020)


Hoy os propongo una nueva reflexión para nuestro diario del coronavirus: EL VALOR DE LA FAMILIA. Muchos estaréis todos juntos, otros tendréis a vuestra familia dispersa en varios lugares. Habrá gente que viva sola. ¿Cómo sentís a la familia en estos momentos de aislamiento?. Pasad un buen día. Un abrazo a todos
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Buenos días, 🤔para mi es una situación complicada ya que divide mis sentimiento; por un lado me encuentro en paz, tranquila, alegre, llena de dicha... poder disfrutar estos dias de aislamiento con los que más quiero y sentir que juntos estamos protegidos de Dios y por otro lado siento miedo, angustia, rabia, incertidumbre...pues lejos de mi se encuentran aislados más personas a las que quiero y a las que no puedo acercarme para sentir su presencia, como hacia antes de este caos, una  llamada diaria no me vale. 😔 Desde aquí solo puedo rezar para que Dios los proteja como hace con nosotros.
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La familia, los amigos, todo eso tan importante para nosotros, pero de alguna manera siento que también son mi familia, los que están enfermos, los que están en sus casas, los médicos, las enfermeras, él personal de limpieza. Todos en general. Rezo para que Jesús esté a su lado, al mío., al de todo ser humano.

Hoy nos propones hablar de la familia. Mi familia es lo más importante que tengo y en estos días los echo mucho de menos, especialmente a mis padres, que es a los que visito todos los días. Con mis hermanos, ahora hablo todos los días y nos vemos la cara gracias a las nuevas tecnologías, cosa que antes no hacíamos, todos estábamos bien y parecía que no hacía falta mantener un contacto a diario. Ha tenido que pasar esto para que no seamos uno, sino todos.
En estos momentos me acuerdo de otra situación de mi vida en la que tampoco podía tener contacto directo con mi familia, pero siempre estaban todos conmigo, en mi corazón y yo en el suyo. Me llamaban, cuando podían se acercaban a verme, aunque fuera entre cristales, aunque siempre mi madre o mi hermana estuvieron físicamente conmigo.
Fueron días duros, pero de los que salimos victoriosos con la ayuda de Dios, de Jesús, de María y de las personas que trabajaban en el hospital. En esos momentos ellos también pasaron a formar un poquito parte de mi familia, sobre todo médicos/as y enfermeras/os.  Eran los que me cuidaban, con los que podía hablar, reírme en algunos momentos... y cada uno desde su condición: médicos/as, enfermeras/os, limpiadoras, celadoras, personal de cocina... ponían su grano de arena para que, en este caso, mi situación mejorara.
Hoy también estamos en sus manos. Dios nuestro Padre no nos abandona, nos ama por encima de todo. Jesús nuestro hermano, nos lleva de la mano. María, nuestra Madre siempre está pendiente de nosotros, como cualquier madre lo está de sus hijos. Todo el personal sanitario y digo todo, porque toda la gente que trabaja en un hospital pone su grano de arena, también hará que esta pandemia se pare y podamos salir a estar con nuestras familias, a celebrar que juntos podemos con todo.
Con la ayuda de la Sagrada Familia, todo va a ir bien. Nos ponemos en sus manos.
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Mi reflexión de hoy. Tocaba la familia. Parece que nos unimos más en las malas. Nunca he recibido tantos mensajes de mis hermanos. Nunca he leido tantos mensajes que no son nuestros de mi familia. Somo mucho, escribimos mucho, pero realmente qué nos contamos. Nos mandamos imágenes de otros, nos escribimos pensamientos de otros, y los nuestros. ¿Qué entendemos hoy por la familia?. ¿Qué relación proponemos nosotros?.¿Realmente  somos como somos con los demás? ¿Les contamos lo que pensamos o deseamos, o nos da vergüenza lo que puedan pensar? Ojalá la Sagrada Familia imprimiese en nosotros ese carácter y esa Realidad de FAMILIA
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Yo me acuerdo mucho de mis padres estos días. Estoy acostumbrada a verles a diario. Desde el sabado no he vuelto a verles. Les llamo por teléfono mucho les mandogitis... pero no es lo mismo. Me falta algo.
Me ayuda a seguir mi marido, ahora mismo el apoyo más grande que tengo, el que me hace subir y mis hijos que te ayudan a desconectar en algunos momentos... pero están nerviosos y hacen preguntas....
Me acuerdo mucho de mi abuela y mi tío en el pueblo... me gustaría tenerles aquí pero allí es el mejor sitio para ellos. De mi hermana... y también de la familia que se elige.. que sois vosotros: los amigos. Me gusta leeros por el wasap, saber cómo estais... especialmente me acuerdo de los que vivís solos... tiene que ser duro... me gustaría llamaros pero cuando lo intento me emociono. Soy así...lo sabéis. Llorona 😉 ahora mismo me han hecho reír... y también lo comparto con vosotros.... están jugando con cascabeles, un triángulo, maracas... les encantan los instrumentos y mi hijo (que le encantan las jotas) se ha puesto a tocar el triangulo h a decir... atención atención no hay jotas porque hay coronavirus! Las habrá cuando no haya coronavirus pero quedan muchos días. Un beso enorme familia.
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El paso de los días se va haciendo duro, hoy estoy como ese día que siempre tienes en el campamento, que sin saber por qué te da el bajón y de pronto ves las cosas de otra manera.  Estar en casa con toda la familia es algo que hay que agradecer,  no toda la gente puede estar junta por las obligaciones profesionales, por esa parte estoy agradecido y satisfecho. Los niños me parecen unos héroes,  después de estos días de confinamiento siguen sabiendo qué día es, siguen (como se puede), manteniendo las rutinas y cuentan con la maestra en casa, que ejerce como maestra,  madre, hija, esposa,... esa multitarea que admiro cada día más.

Hoy he tenido que salir a comprar y la experiencia ha sido rara, casi nadie por la calle, los comercios cerrados y a la puerta del supermercado el dispensador del turno de la charcutería y una voz que iba cantando el número para entrar. En la espera, distancia, nadie hablaba, en otro momento hubiera salido la conversación del tiempo o cualquier otra cosa, pero ahora nada de nada. En el interior del supermercado menos mal que había música, pero de vez en cuando paraba y en ve de dar la oferta del día recordaba que la distancia entre clientes debía ser superior a un metro, y así ha sido a raja tabla, para hacer la cola y para pagar, recomendable con tarjeta. Toda la gente con guantes y quien no los llevaba un chorro de gel desinfectante para frotarse las manos. Y mientras repasas si hace falta algo más de la lista de la compra ves la cara de quien trabaja en el supermercado, cubiertas con mascarillas y piensas en ellos, en sus familias y te dan ganas de arrancar un aplauso de agradecimiento, pero te cortas porque lo importante es que acabes pronto de comprar para que entre otro cliente.
Y en el itinerario de vuelta a casa pasas por el parque, que tiene un cartel en un árbol que pone cerrado, y los columpios están precintados con cintas de peligro y nada se mueve. Y uno no puede evitar que se le salten las lágrimas porque esos columpios son los que usan tus hijos y esas criaturas llevan cuatro días en casa, sin saber que es lo que pasa pero saben que se llama coronavirus y que nos está cambiando la forma de vivir. Gracias mis pequeños héroes por seguir dando abrazos y por ser esa alegría que parece haberse disuelto en la calle. Un abrazo fuerte familia y seguimos adelante.
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La Eucaristía es mi momento de parar,de hacer silencio de encontrar paz
La Eucaristía es encontrarme con Dios ,pero también contigo mi hermano.
En mi pequeño pueblo la Eucaristía me reencuentra, en común Unión con Jesús, con aquellos que encerrados en nuestras casas, en nuestros mundos pasamos los días aislados del otro.
En esa Eucaristía veo como están mis mayores, quien ha ido y quien no(todos nos conocemos)veo la sonrisa de aquel o el rostro serio de este, veo a los niños, pocos niño ,que de la mano de sus abuelos casi siempre ,se acercan a misa y veo la sonrisa infinita y llena de paz  de Álex , Donw, cuya mayor alegría es poder ayudar ,maravillosamente, en misa .
Cruzó una mano en la paz con Marce que vive solo y le dirijo unas palabras, canto al unísono con mi grupo de mujeres y digo mio por qué son parte de mi, de mi fe, de lo soy y de lo que vivo.
 y me pongo a la fila de la comunión, uniéndome con todos ellos en Jesús.
Espero el final de la misa, donde he compartido mi fe, y saludo a unos y a otros, cuatro palabras insignificantes, una mirada, una sonrisa, un qué tal estás o cómo has pasado la semana y .... espero a la siguiente Eucaristía.
Este domingo me faltó, me faltó el silencio, la paz que no pude encontrar por televisión y la  unión...la común unión.
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Referente al Evangelio de hoy,,,. Jesús nuestro Salvador. El regalo que Dios nos ha dado con su  bondad infinita nos dice que el perdón no tiene que tener límites.  Sería bueno preguntarnos Cuántas veces perdonamos al día?  ,,,,.  Es un gran paso hacia Jesus en este tiempo ahora que estamos menos ocupados,,, podemos pedirle al Señor que habrá nuestro corazón para ser partícipes con El de misericordia con todos un abrazo para tod@s
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Al final me  quedo con los que más me  importan ,con mi familia . Tengo la suerte de poder estar con mis hijos , de poder cuidarlos en estos momentos tan difíciles y dedicarnos momentos que a veces no podíamos . Mi marido trabaja y me preocupa que pueda infectarse, me hace pensar en las personas que están detras de todo lo que tenemos.
Tengo familia fuera y alguno está en cuarentena ,aunque parece que está controlado. Quizá no lo hacíamos mucho, pero al final nos llamamos y hacemos alguna vídeo llamada . Me preocupan mucho mis padres , son mayores y doy gracias que al menos están el uno con el otro , yo les llamo varias veces al día para que sientan que estamos cerca pero me parece extraño .  Me preocupa mi hermano que está expuesto cada día.
Sólo queda esperar y confiar en que todo va a salir bien.
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Creo que el tema hoy era la familia, siempre he admirado mucho a mi madre por su templanza,  su capacidad de trabajo, su sensatez, calma y amor tan grande por todos, ahora aún descubro mas cosas de ella, la FE que tiene tan sincera, hace que, una vez más, aunque no nos podemos ver,  es ella el motor de toda la familia.
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La familia... Estoy triste.. a cuánta de este virus no hemos podido acompañar al marido de mi hermana a enterrar a su padre, una muerte anunciada y que después de una larga enfermedad se ha presentado en el momento confinamiento.. muy duro.. un hijo en Italia, otro en Madrid, otro aislado con síntomas (negativo, gracias a Dios)..  mi cuñado se escapó pero no llevo a mi hermana ni a los niños. Una pena. Y nosotros, una de mis hermanas y mis padres en Ávila.  Mis otros hermanos repartidos por Cádiz, Salamanca, Mérida, Cáceres.. pero todos con el corazón en Zafra.. Muy tristes por la perdida de un ser querido y enfadados por no poder estar allí. Pero seguimos dando gracias por estar todos bien y todos unidos.

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