martes, 24 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan.
SE celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
    «¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
    «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
    «Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
    «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
    «El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
    «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
    «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Palabra del Señor.


COMENTARIO
La ley de Moisés era la esencia de la religión judía. Cualquier hombre que fuera piadoso debía cumplir esa Ley, articulada por los Diez Mandamientos y otros muchos preceptos legales y religiosos, entre los que estaba el precepto del sábado, por el cual ningún judío podía trabajar o hacer esfuerzos.
En este evangelio, Juan nos presenta al paralítico como figura del pueblo de Israel; un pueblo enfermo por el cumplimiento de la Ley, paralizado, sin que nadie pueda ayudarlo a curarse. Para Jesús La Ley es la fuente del pecado del pueblo, que trae como consecuencia su parálisis.
Jesús sana al paralítico en sábado, saltándose la Ley, haciéndole libre para que pueda levantarse de su postración y pueda cargar con su camilla; la camilla ya no cargará más con él. Jesús inaugura un nuevo tiempo donde el Pueblo ya no estará impedido para tener su propia libertad. Jesús libera al hombre de toda dependencia. Por el contrario los judíos de Jerusalén siguen atados al pecado, paralizados por la Ley que no salva, ni libera. Por eso Jesús le dice al paralítico que no peque más, que se mantenga en el tiempo nuevo que inaugura Jesús.
También nosotros, que nos pensamos muy libres, a veces estamos paralizados por muchas cosas. Puede ser que lo único que nos alivia es estar tumbados en la camilla del dinero, de la seguridad, de la comodidad… Que el dinero no te lleve a ti, que seas tú quien lo maneje; que la comodidad no te impida levantarte para servir al hermano, que seas tú quien se levanta presto para salir a su encuentro; que tu ego no sea lastre para reconocer la grandeza del otro y sus valores, que seas tú quien descubre los talentos de tu hermano. Coge tu camilla y echa a andar, aunque eso sea ir contracorriente. Buen día a todos

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