Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 14, 7-14)
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Conocer en profundidad algo o a alguien no es tarea fácil. En estos tiempos en los que abunda un conocimiento de la realidad a través de internet y las redes sociales, podríamos afirmar que la realidad se nos escapa. Por eso son tiempos de falsas noticias, a pesar de tener un volumen enorme de información. ¡Cuantas veces conocemos a las personas por lo que otros nos han contado! Cometemos grandes errores en nuestras opiniones sobre los demás.
El conocimiento de Dios es el tema de hoy. Tampoco es fácil conocer a Dios, a pesar de que muchas veces los hombres hablamos en su nombre.
Solo ha habido un hombre que puede decir que conoce a Dios de verdad. Ese hombre es Jesús. Y conoce a Dios, porque él mismo es hombre y es Dios. Por tanto, nos conoce a nosotros y conoce al Padre.
Lo poco que podemos decir de Dios es a través de Jesús. Desde este conocimiento que el Señor nos ha transmitido podemos decir que Dios no se deja llevar por la ira, sino por la indulgencia y la misericordia. Es un Dios que ama al ser humano hasta unos límites incomprensibles para nosotros. Un Dios que se aleja de la imagen de un rey poderoso para mostrarse como alguien humilde, dispuesto a servirnos. Todavía tienen muchas cosas que cambiar en nuestras cabezas para aceptar un Dios así. Porque aceptar a ese Dios implica una nueva forma de vivir, una nueva forma de amar. Eso nos da miedo. Feliz jornada
No hay comentarios:
Publicar un comentario