El tentador se le acercó y le dijo:
- «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en partes.»
Pero él le contestó, diciendo:
- «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." »
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
- “Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.»”
Jesús le dijo:
- «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."»
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo:
- «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Entonces le dijo Jesús:
- «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Mt 4, 1-11
Fano
Bajo el cuestionamiento de la deidad de Jesús ("si eres Hijo de Dios") el diablo quiso que Jesús rindiera sus necesidades fisiológicas a su perversa voluntad. Jesús dándonos el mejor ejemplo de triunfo en medio de la tentación, hizo uso de la Palabra de Dios ("Escrito está..."), aplicando la función espiritual de ésta en la vida del hombre. Jesús al declarar esta Palabra nos enseña dos cosas, primero que el ser humano no solo es materia, sino que también posee un componente espiritual que es inherente a su naturaleza creada (alma-espíritu). Segundo, que existe una necesidad primordial en el hombre de satisfacer su espíritu con un alimento que sea espiritual. Es decir la Palabra de Dios.
Por segunda vez el diablo quiere cuestionar la deidad de Jesús, bajo la consigna de que cometa un suicidio, "forzando" así la mano del Padre. El propósito del diablo era sacar a Cristo de la voluntad del Padre e impedir que dependiera de Él. Jesús, entendiendo las intenciones del diablo, quien tenía la finalidad de impedir que Cristo muriera en la cruz, para redimir al hombre de sus pecados, rehusó poner en peligro su integridad física e hizo uso de la Palabra de Dios correctamente.
El diablo, revela su verdadero carácter, es decir, busca ser adorado por Jesús. Fue por esto que terminó siendo expulsado del cielo y desposeído de su gloria y hermosura. A diferencia del diablo que ofreció un reino temporal, Jesucristo habló del reino de Dios cuando predicaba la característica de este reino es totalmente espiritual y no está limitado por el tiempo (porque es eterno) tampoco por el espacio (no se limita a un determinado territorio). Los creyentes en Cristo Jesús muchas veces nos encontramos ante la disyuntiva de escoger entre lo espiritual y eterno o lo material y perecedero. Muchos cristianos buscan lo segundo y forman sus propios "reinos" de fama y dinero.
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