domingo, 4 de diciembre de 2011

Segunda semana de Adviento

En esta segunda semana del Adviento, te presentamos un nuevo material preparado por Agustín Fernández. El material completo puedes verlo pinchando aquí.


PEQUEÑA REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO

La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparad el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.
Durante esta semana puedes buscar en los diferentes tem-plos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía. 

ORACIÓN

Adviento, es poner claridad en el mirar
Adviento, es mirar en la dirección adecuada
Adviento, es permanecer despierto
Adviento, es saber que Dios va venir
Adviento, es levantar la cabeza y no agacharla
Adviento, es soñar con los pies de Dios en la tierra
Adviento, es ser feliz con lo que está por venir
Adviento, es el triunfo de la esperanza
Adviento, es la alegría de la próxima Navidad
Adviento, es limpiar los ojos de aquello
que nos impide ver, disfrutar y esperar al Señor. 
Abre mis ojos, Señor, para que te vea
Abre mis ojos, Señor, para que no me pierda
Abre mis ojos, Señor, para que viva con
intensidad mi vida
Abre mis ojos, Señor, para que
–cuando llegues- te reciba
Abre mis ojos, Señor, para que no me duerma
Abre mis ojos, Señor, para que te descubra
Abre mis ojos, Señor, para que no pases de largo
Abre mis ojos, Señor, para que no me sorprendas
Abre mis ojos, Señor, para que te mire
Amén.

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