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miércoles, 6 de enero de 2021

Evangelio: Epifanía del Señor


PRIMERA LECTURA Is 60, 1-6

Lectura del libro de Isaías.

¡LEVÁNTATE y resplandece, Jerusalén,
porque llega tu luz;
la gloria del Señor amanece sobre ti!
Las tinieblas cubren la tierra,
la oscuridad los pueblos,
pero sobre ti amanecerá el Señor,
y su gloria se verá sobre ti.
Caminarán los pueblos a tu luz,
los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira:
todos esos se han reunido, vienen hacia ti;
llegan tus hijos desde lejos,
a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, y estarás radiante;
tu corazón se asombrará, se ensanchará,
porque la opulencia del mar se vuelca sobre ti,
y a ti llegan las riquezas de los pueblos.
Te cubrirá una multitud de camellos,
dromedarios de Madián y de Efá.
Todos los de Saba llegan trayendo oro e incienso,
y proclaman las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 71, 1bc-2. 7-8. 10-11. 12-13 (R/.: cf. 11)

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.
V/. Los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
póstrense ante él todos los reyes,
y sírvanle todos los pueblos. R/.
V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

SEGUNDA LECTURA Ef 3, 2-3a. 5-6

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

HERMANOS:
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor de vosotros, los gentiles.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio.

Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Hemos visto salir su estrella
y venimos a adorar al Señor. R/.

EVANGELIO Mt 2, 1-12

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

HABIENDO nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
“Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las poblaciones de Judá,
pues de ti saldrá un jefe
que pastoreará a mi pueblo Israel”».
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con Maria, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

En este día de los reyes, día de la epifanía, manifestación de Cristo a todos los pueblos de la tierra, las lecturas apuntan siempre en la misma dirección: hacia la Luz. Esa luz más potente que las estrellas: es Cristo.
1- Sobre ti amanecerá el Señor
Eso dice Isaías: “sobre ti amanecerá el Señor”. Se refiere a la ciudad de Jerusalén, siempre amenazada o sometida por las potencias extrajeras, siempre dando la espalda a Dios. Pero esas palabras son un canto de esperanza para aquella ciudad.
Estas palabras resuenan hoy también para nuestro mundo como un canto de esperanza. Un mundo amenazado por la pandemia, oscurecido por la amenaza de las crisis económicas. Nos espera un nuevo amanecer. Pero hemos de saber que ese nuevo orden no se alcanza por una vacuna, ni por una prosperidad más o menos duradera.
2- Dios mío, da tu juicio al rey
Estas palabras del salmo ponen la esperanza en un rey que iba a devolver la paz y la Justicia al pueblo de Israel. Un rey justo que se apiade de la vida de los pobres. Ese rey nunca llegó. Los primeros cristianos comprendieron que ese rey había llegado inesperadamente, en un niño anónimo. Su reino era distinto. Dios había suscitado un rey para su pueblo sin dejarse tentar por el afán de dominio, sin ceder a la violencia, sin abrazar las riquezas. Un rey así no puede ser de este mundo. Sin embargo, existe; sólo que no está identificado como rey, porque no le vemos la corona.
3- Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo
Los Magos, buscaban señales de algo. En el fondo buscaban a ese rey que les devolviera la esperanza. Es lo mismo que buscamos todos. En un mundo de tanto márketing, tanta fachada, tanta mentira montada para obtener votos, estamos deseosos de encontrar a ese rey que abandere un poco de cordura, un poco de justicia , un poco de verdad. Los Magos vieron una estrella. Y tiraron del hilo hasta llegar a donde estaba la verdadera luz. Hoy podemos encontrar al Mesías, al Niño Dios en medio de nuestro mundo. No está en los centros de decisión, no está entre los poderosos, no está en los Herodes modernos. Está en la humildad de cualquier barrio de nuestras ciudades o pueblos perdidos, está entre la gente humilde como los pastores. En esos lugares se puede encontrar el resplandor de la estrella que lo anuncia. Donde está la estrella puede haber pobreza, pero no hay discursos interesados, ni estrategias, ni intercambio de favores, ni palabras pomposas… Hay alegría, a veces, sufrimiento acumulado, verdad, autenticidad. Allí está el Niño. Ojalá sepamos identificarlo con buenas intenciones, para adorarlo. No hagamos como Herodes, que destruye todo para mantener su poder.
4- Partícipes de la misma promesa
Nos dice san Pablo en la segunda lectura que los gentiles también son partícipes de la promesa. Dios nos ha prometido que todos participaríamos en su Reino, el Reino de Jesús, el Reino de los hijos de Dios.
Esta fiesta de la Epifanía nos invita a comprender que Jesús es un gran don para todos los pueblos, razas, condiciones sociales… Les costó mucho a los judíos entender que Dios no era suyo, sino de todos. También a nosotros nos cuesta muchas veces entender que el Evangelio sobrepasa las barreras de nuestras fronteras, que el mundo es de todos, que la tierra es para todos. No podemos poner barreras a las personas, porque todos somos hijos de Dios, sean de la raza o el país que sean. No será creible nuestra fe, mientras sigamos empeñados en mantener los mismos criterios de segregación que mueven a este mundo en que vivimos.
Que los Magos, junto a la vacuna, traigan un poco de fe en el verdadero Rey que cambiará nuestros corazones endurecidos.


sábado, 2 de enero de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO II DESPUÉS DE NAVIDAD

PRIMERA LECTURA Eclo 24, 1-2. 8-12

Lectura del libro de Eclesiástico.

LA sabiduría hace su propia alabanza,
encuentra su honor en Dios
y se gloría en medio de su pueblo.
En la asamblea del Altísimo abre su boca
y se gloría ante el Poderoso.
«El Creador del universo me dio una orden,
el que me había creado estableció mi morada
y me dijo: “Pon tu tienda en Jacob,
y fija tu heredad en Israel”.
Desde el principio, antes de los siglos, me creó,
y nunca jamás dejaré de existir.
Ejercí mi ministerio en la Tienda santa delante de él,
y así me establecí en Sion.
En la ciudad amada encontré descanso,
y en Jerusalén reside mi poder.
Arraigué en un pueblo glorioso,
en la porción del Señor, en su heredad».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20 (R/.: Jn 1, 14)

R/. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
V/. Glorifica al Señor, Jerusalén,
alaba a tu Dios, Sion.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
V/. Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R/.
V/. Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

SEGUNDA LECTURA Ef 1, 3-6. 15-18

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

BENDITO sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,
a ser sus hijos,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
Por eso, habiendo oído hablar de vuestra fe en Cristo y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.

Palabra de Dios.

Aleluya

Cf. 1 Tim 3, 16
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Gloria a ti, Cristo, proclamado en las naciones;
gloria a ti, Cristo, creído en el mundo. R/.

EVANGELIO Jn 1, 1-18

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne,
ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

En este domingo nos encontramos con el mismo evangelio que el día de Navidad: el prólogo del evangelista san Juan.
Para dar un enfoque distinto a este texto, hoy podemos cambiar la palabra Verbo por la Palabra Jesús. Así podemos ver cómo Jesús hace realidad lo que dice este texto del evangelio.
1- Ya en el principio existía Jesús.
Aunque éste es su nombre de la tierra, podemos decir con la segunda lectura que Dios nos pensó a los hombres a partir de Cristo Jesús. Nos imaginó santos como Jesús es santo. Nos pensó llenos de amor y perdón, colmados de generosidad y paz. Otra cosa es cómo le hemos salido a Dios. Nos creo libres y muchas veces elegimos la tiniebla y el pecado.
2- Jesús es la luz del mundo
Cuando miramos a Jesús vemos la luz. El evangelio nos dice cómo curaba a los ciegos, incapaces de ver la luz. Nos recuerda que los seres humanos muchas veces nos cegamos llenos de egoísmo o de orgullo. Estamos ciegos cuando destruimos la naturaleza por ganar dinero; nuestros ojos no ven cuando nos metemos en guerras alimentadas por la codicia; vivimos en tinieblas cuando alimentamos las desigualdades, nos hacemos racistas o utilizamos la violencia contra los demás… Jesús nos enseña a ver el mundo de una manera distinta, luminosa: desde el amor, desde el perdón, desde la alegría…. Pero no siempre queremos ver la vida con sus ojos claros. Nos dijo: “vosotros sois la luz del mundo, sois la sal de la tierra”. Si apagamos esa luz, ¿cómo vamos a alumbrar a nadie? Renovemos en esta navidad nuestro deseo de ser transparentes, de ser santos como Jesús es santo e irreprochable.
3- Jesús pone su tienda entre nosotros
Jesús no se ha quedado en el cielo. Ha querido hacerse uno de tantos, vivir a nuestro lado, servirnos, lavarnos los pies. No ha vivido en palacios, no ha tenido un reino de poder, no ha vivido su vida para sí mismo. Al contrario: pasó por este mundo haciendo el bien, curando, acercándose a los pecadores, a los excluidos, a los pobres. Siempre al lado de los que viven en el infierno de la vida. Eso es el “Verbo hecho carne”. Jesús nos pide que hagamos nosotros lo mismo. ¿Cómo podemos hablar de los inmigrantes, de los pobres, de los que sufren si no conocemos sus vidas a fondo? Solo viviendo a su lado, caminando sus pasos podemos conocerles. Es esta Navidad se nos invita a encarnarnos, a conocer las penas y dificultades de los que peor lo pasan. Las de los ricos y los famosos nos las sabemos de memoria; los medios y la gente se encargan de recordárnoslas todos los días.



jueves, 31 de diciembre de 2020

Evangelio: Santa María, Madre del Señor


SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

PRIMERA LECTURA Núm 6. 22-27

Lectura del libro de los Números.

EL Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”.
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R/.: 2a)

R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
V/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.
V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.

SEGUNDA LECTURA Gál 4, 4-7

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas

HERMANOS:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

Aleluya Heb 1, 1-2

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. En muchas ocasiones habló Dios
antiguamente a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. R/.

EVANGELIO Lc 2, 16-21

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

En este día de año nuevo tenemos deseos de renovar nuestra vida. Podemos empezar por las sugerencias que la Iglesia nos hace en este día, junto con las lecturas de hoy:
1- La Iglesia celebra el día de la paz
En este primer día nos imaginamos a Jesús diciéndonos “paz a vosotros”. Hay que aceptar el regalo que nos hace, porque sin él nuestra vida no soporta las tensiones rutinarias, los conflictos que son inevitables, los enfrentamientos humanos. Pero la paz hay que trabajarla, primero en nosotros; después en nuestro mundo más próximo. No se puede conseguir la paz si no ponemos las bases para que no haya injusticias o desigualdades. Que el Señor nos conceda este don para caminar por las sendas que nos conducen a la paz.
2- Bendición
“El Señor te bendiga y te proteja”. Así comienza la fórmula de bendición de la primera lectura. Cuando Dios nos bendice todo cambia. El nos ha bendecido en la persona de Cristo. Se ha volcado en nosotros haciéndonos sus hijos gracias a que Jesús se nos ha dado. Esa es la mayor bendición: poderle conocer. A veces pensamos que la bendición y la protección es meternos en una especie de burbuja para que no nos pase nada. Si fuera así, no estaríamos viviendo en la tierra, sino en el cielo. Pero tenemos que vivir en la tierra, y nos encontramos con virus que nos amenazan, con calamidades que no deseamos, con contratiempos que nos desequilibran. A pesar de ello, Dios nos sigue bendiciendo porque nos permite conocer su intimidad, descubrir su camino, su persona, en la misma persona de su Hijo. De esa manera nos hace hijos, como nos dice la segunda lectura. Esa es la mayor bendición que podemos recibir: pertenecer a la familia de Dios. Eso nos hace honorables, nos engrandece. ¿Somos conscientes?
3- Madre de Dios
Lo primero que se puede decir de María es que es madre. La principal tarea de la naturaleza es la de engendrar vida. Pero María ha engendrado al que es la Vida. Por eso decimos que es la Madre de Dios.
La maternidad de María es igual a la maternidad de cualquier mujer, porque da a luz al ser humano Jesús. Pero difiere de la maternidad de cualquier mujer porque ha engendrado al Hijo del Altísimo. El fruto de su vientre es único, porque es el Hijo de Dios. Si todos nosotros hemos sido bendecidos por Dios como hijos, María ha sido bendecida como Madre. Por tanto, ha sido colmada como la portadora de Dios, la que nos trae a Jesús en su vientre.
María es Madre de la Iglesia, porque ella estuvo desde sus orígenes el día de Pentecostés. También podemos decir que es madre nuestra, porque todos formamos parte de la misma Iglesia, porque Jesús nos la dio como Madre desde la cruz.
4- Contar y guardar
El evangelio de hoy nos presenta a las figuras de los pastores que fueron al portal y vieron, y escucharon. Después contaron a todos lo que habían visto y oído. Los creyentes hemos de ser contadores de los que vemos, de la Palabra que oímos. Cuando descubrimos a Jesús en los hechos cotidianos de nuestro vivir, hemos de proclamarlo a los cuatro vientos para que nos oigan: Jesús está en las personas que con paciencia cuidan a sus mayores, en los padres que acompañan la vida de sus hijos; en la mujer que da todo lo que tiene para ayudar a los pobres; en el anciano que diariamente cuida de sus nietos; en el cooperante que trabaja por el desarrollo de los pueblos; en el orante que siente la presencia de Cristo en la oración…. Todo tiene que ser contado.
Pero para contar hay que saber escuchar, saber interiorizar, como María, que guarda todo lo que escucha y contempla de su Hijo. Si no guardamos lo importante corremos el riesgo de ser desmemoriados. Dios ha estado grande con nosotros. Pero si lo olvidamos, nos vamos separando de él, porque llenamos nuestro corazón con otras cosas. María, enséñanos a interiorizar las cosas de tu Hijo. Solo así pueden ser contadas. FELIZ AÑO NUEVO

sábado, 26 de diciembre de 2020

Evangelio del Domingo


LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ

PRIMERA LECTURA Gén 15, 1-6; 21,1-3

Lectura del libro del Génesis.

EN aquellos días, el Señor dirigió a Abrán, en una visión, la siguiente palabra:
«No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante».
Abrán contestó:
«Señor Dios, ¿qué me vas a dar si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?».
Abrán añadió:
«No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará».
Pero el Señor le dirigió esta palabra:
«No te heredará ese, sino que uno salido de tus entrañas será tu heredero».
Luego lo sacó afuera y le dijo:
«Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas».
Y añadió:
«Así será tu descendencia».
Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia.
El Señor visitó a Sara, como había dicho. El Señor cumplió con Sara lo que le había prometido. Sara concibió y dio a Abrahán un hijo en su vejez, en el plazo que Dios le había anunciado. Abrahán llamó Isaac al hijo que le había nacido, el que le había dado Sara.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 104, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9 (R/.: 7a. 8a)

R/. El Señor es nuestro Dios, se acuerda de su alianza eternamente.

V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.

V/. Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.

V/. Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido! R/.

V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.

SEGUNDA LECTURA Heb 11, 8. 11-12. 17-19

Lectura de la carta a los Hebreos.

HERMANOS:
Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo vigor para concebir cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía.
Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «Isaac continuará tu descendencia».
Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde en cierto sentido recobró a Isaac.

Palabra de Dios.

Aleluya Heb 1,1-2

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.

V/. En muchas ocasiones habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. R/.

EVANGELIO Lc 2, 22-40

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

CUANDO se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.



HOMILÍA

Hoy es el día de la Sagrada Familia. Recordamos a la familia de Nazaret: Jesús, María y José. Les contemplamos en un acto cotidiano de la vida de fe del Pueblo de Israel; presentan al niño en el Templo, después de cumplirse los cuarenta días de purificación prescritos después del parto de toda mujer.
1. Simeón y Ana
El Evangelio de hoy nos habla de estos dos personajes que estaban en torno al templo de Jerusalén: Simeón, un anciano sacerdote, lleno de Espiritu Santo, y Ana una viuda profetisa que pasaba los días orando en el templo. Estos dos ancianos piadosos nos ayudan a pensar en nuestros mayores de hoy. Llevan todo el año viviendo una experiencia muy dura de soledad provocada por la pandemia. A su edad necesitan sentir el cariño y el afecto de los suyos. Y sin embargo tienen que sufrir el aislamiento impuesto, muchas veces sin comprenderlo muy bien. Tenemos una deuda como sociedad con ellos, pues han sido los que más han sufrido las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Hemos de pensar en estos momentos cómo compensarles por todo lo que han sufrido, tanto individualmente como socialmente.
2- Ofrecerse al Señor
La presentación en el templo era un momento especial para todas las familias judías que ofrecían a sus hijos a Dios.
También nosotros podemos hacer de la vida que Dios nos ha regalado un ofrecimiento al Señor. Ofrecernos para ser instrumentos de su voluntad, para ser colaboradores de su proyecto, para dejar que su Reino se materialice en mi vida. La oración franciscana “haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz”, refleja muy bien este gesto de la presentación en el templo.
En la fiesta de la sagrada familia conviene recordar que los discípulos de Jesús estamos llamados a superar los lazos de sangre para formar la gran familia de los hijos de Dios. Qué duda cabe que estos lazos sanguíneos nos mueven internamente; en la familia los niños crecen en libertad y armonía; los padres crecen en un amor maduro y entregado. Pero a la vez estamos llamados a ofrecernos a Dios para perseguir la fraternidad fuera de los límites de la familia biológica. La comunidad de hermanos complementa a la iglesia doméstica, más pequeña y reducida. En el mundo de hoy, donde se valora mucho la libertad individual, a veces se puede perder la perspectiva de la vida comunitaria como un medio para la entrega a Dios, como una forma de hacer realidad el Reino. Por seguir con la oración franciscana anteriormente citada, podríamos decir que la familia comunitaria puede ser un instrumento para que sus miembros aprendan a poner paz en medio de las divisiones, amor, en medio de las guerras y enfrentamientos, perdón cuando las ofensas nos acosen. Deberíamos revisar nuestras parroquias cada día para descubrir hasta qué punto son escuelas donde se viva este ofrecimiento al Señor en los gestos más cotidianos.
3- Mis ojos han visto a tu Salvador
Es conmovedora la oración de Simeón que nos cita el evangelio de Lucas: “ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador”.
Un anciano que lleva toda su vida esperando para ver al Salvador. Al final de sus días se le ha presentado la oportunidad. Nosotros somos tan impacientes que queremos ver enseguida. No nos damos cuenta que para mirar a la Luz, hay que acostumbrarse a la luz. Cuando estamos en una habitación oscura y salimos a la luz del día, hemos de acostumbrar la vista a tanta claridad. A veces tardamos una vida enterar en ver la luz. La paciencia es una virtud importante en el camino de la fe. Quien busca encuentra. El que sabe esperar con esperanza, tiene garantizada la visión del Salvador. A veces miramos sin ver, porque no somos conscientes del valor de lo cotidiano hasta que lo perdemos. Todas las familias tienen una convivencia cotidiana un tanto farragosa. La realidad es siempre así, pesada, lastimosa. Solo quien busca transcender su pobre realidad, puede encontrar en su pobreza la fuente de la riqueza, el don de ver al Salvador. Jesús se encuentra en los establos olvidados, en las Galileas alejadas, en las familias que tratan de superar sus múltiples dificultades, en los pecadores arrepentidos, en los que resisten contra viento y marea. ¡Cuántas familias viven con resignación los caminos torcidos de algún hijo rebelde! ¡Cuántos esposos esperan un cambio de las actitudes equivocadas de su pareja! No se trata de ser un resignado sometido. Se trata de mantener una esperanza activa para hacer realidad los deseos del que nos salva en lo cotidiano de la vida. Si perdemos la esperanza, nos invade la amargura. Esto vale para las familias, pero también para las comunidades de nuestras parroquias, para nuestra Iglesia, que siempre está sumergida en dificultades y problemas de toda índole. Que la Sagrada Familia nos conceda ver la Luz del Salvador.

viernes, 25 de diciembre de 2020

miércoles, 25 de diciembre de 2019

martes, 25 de diciembre de 2018

¡Feliz Navidad!



"Brotará un renuevo del tronco de Jesé"
(Is. 11, 1)

lunes, 25 de diciembre de 2017

¡Feliz Navidad!


El Señor ha nacido entre nosotros...

¡Feliz Navidad!


jueves, 5 de enero de 2017

Carta de los Reyes Magos a los niños de todas las épocas


Queridos niños de todas las épocas:

Quizás os extrañe que seamos nosotros, Melchor, Gaspar y Baltasar quienes os escriban, pero ya iba siendo hora de que recibieseis contestación a las innumerables cartas que cada año nos enviáis, pues os tenemos que agradecer que sigáis creyendo en nosotros y en todo lo que los Reyes Magos significan.

Cuando decimos niños de todas las épocas nos referimos tanto a los niños que habitaron en otros siglos como a los que actualmente su corazón se sigue acelerando cada vez que llegan estas fechas y nos da igual que esos niños tengan un año, quince, treinta, cincuenta, sesenta y cinco, ochenta o incluso cien, pues lo que verdaderamente importa es el espíritu interior y ese no entiende de edades.

Ya conocéis nuestra historia, somos tres magos, tres astrólogos, tres estudiosos que se atreven a mirar el cielo y por eso descubrimos una estrella que nos llevó hasta el Niño Dios. Ya sabéis que cuando se ve una estrella fugaz hay que pedir un deseo y nosotros al ver la estrella de Belén también lo pedimos, ¿sabéis cuál fue?, os lo podemos contar porque se cumplió. Nuestro deseo fue que viésemos lo más grande que hay en el mundo. Seguimos a la estrella, nos pusimos en camino, dejando todo lo que teníamos entre manos, pues las oportunidades hay que aprovecharlas. Y la estrella nos fue guiando por el desierto, por llanuras y montañas hasta llegar a Belén, un pequeño pueblo de Judea.

En aquel pueblo, habitado por gente sencilla y humilde encontramos a unos padres con un recién nacido que era el Hijo de Dios, un pequeñín en el que se recoge el amor que Dios nos tiene, el Emmanuel (Dios con nosotros), Jesús (Dios salva).

Para descubrir la verdadera grandeza hay que mirar con los ojos de la fe, para darse cuenta de todos los pequeños regalos que da la vida de cada día. Queremos aprovechar esta carta para deciros que ya sabemos que habéis sido buenos, que os habéis portado bien, pero que sois como sois, con fallos, con debilidades, y aún así también os quiere Dios. Todos los años os traemos lo que pedís, e incluso algo más, pero nos gustaría que os deis cuenta de una vez que los mejores regalos no son los que vienen envueltos en papel, sino los que tienen como envoltorio carne y hueso, es decir, las personas. Esas personas a las que nos gusta tener cerca y que si tenemos lejos las echamos de menos, esas personas que nos llaman o nos escriben, con las que compartimos chistes, chascarrillos, inquietudes y amarguras.

Que mirar en estos días y siempre al Niño Jesús nos recuerde que cada persona es un regalo, que no se te olvide disfrutarlo.

Un abrazo muy fuerte. Melchor, Gaspar y Baltasar


domingo, 25 de diciembre de 2016

viernes, 1 de enero de 2016

Jesús, alegría de cada día


Ha llegado la Navidad.  Un año más, han vuelto los villancicos, las luces, los belenes, los árboles, los regalos, los buenos deseos,… ¿pero hemos experimentado de verdad que otra vez es Navidad?. La vida está llena de momentos especiales, pero los más especiales de todos no tienen fecha en el calendario, simplemente llegan cuando llegan. En Navidad celebramos que Dios se hace hombre, que la Misericordia se encarna en un Niño que nace humilde, que no tiene cuna sino un pesebre y que la única calefacción la recibe del aliento de los animales de aquel establo. Jesús no quiere comodidades, ni lujos, ni riquezas, sino que quiere detalles que nacen del interior de la persona, del corazón, eso es lo que nos mostrará a lo largo de su vida, con las enseñanzas recogidas en el Evangelio.  Si vivir la Navidad es celebrar la alegría de Dios, que nos regala a su Hijo hecho hombre, ¿por qué no estamos alegres?, ¿por qué no se lo trasmitimos a los demás?, ¿qué necesitamos para estar alegres? Cada día la vida nos ofrece un montón de regalos ¿y cuesta tanto una sonrisa como para no ofrecérsela a los demás?. La Navidad también es un momento para encontrarse ¿y es que el resto del año no nos encontramos con nadie?. Encontrarse, saludar a otros, preocuparse por sus problemas, compartir las alegrías, abrazarles,… es una forma de transmitir el cariño y el apoyo, una forma de compartir la vida y ya sabemos que compartir es vivir. En este tiempo y siempre haz por ver a aquellas personas con las que hace tiempo que no hablas, pregúntales y háblales también de ti.  La Navidad es ilusión y la vida entera también es ilusión. Ilusionarse es necesario para emprender proyectos, para aventurarnos a soñar. Construir un mundo mejor para todos pasa por ilusionarse en los aspectos más insignificantes de la vida. Volver a tener la mirada vivaracha de un niño es la mejor herramienta para trabajar con ilusión.  Estemos atentos a las personas, a los detalles, a los más cercanos, miremos a nuestro alrededor y compartamos la alegría de ser queridos, agradezcamos cada gesto y cada palabra de aliento y sepamos llevar a todos los rincones de la Tierra la Buena Noticia de que Jesús sigue naciendo entre nosotros cada día y no sólo en Navidad.

viernes, 25 de diciembre de 2015

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Entregada la cesta de Navidad


Ayer se entregó a la familia Alonso Gómez la cesta de Navidad correspondiente al sorteo de este año. Todo el dinero recaudado por la venta de las papeletas va destinado íntegramente a Cáritas Parroquial.
¡Muchas gracias a todos!


viernes, 4 de diciembre de 2015

Agenda de cara a la Navidad


Confesiones: 15 de diciembre a las 8 de la tarde

Festival: 19 de diciembre a las 17,00 de la tarde

domingo, 22 de diciembre de 2013

También hay para ti un sitio en el portal



Felicidades Amigos:
Hoy es tiempo de felicitar, aunque todo el mundo lo haga, aunque se felicite porque toca, aunque todos repitamos el tópico tan sabido “feliz Navidad”.
Sin embargo, es tiempo para la felicitación porque en estos días estamos viendo que la gente es sensible a las necesidades de los demás. No, no pasamos unos de otros, nos implicamos, nos movemos, nos solidarizamos. Mientras los poderosos de este mundo buscan la manera de ganar más a costa de los de abajo, descubrimos que los más débiles se apoyan unos a otros. ¿No pasó lo mismo en Belén? Los Herodes de todos los tiempos mantienen sus objetivos. Sólo los que no tienen nada, los que pasan la noche al raso, los que sufren las penalidades de la vida y no llegan a fin de mes, saben de la dureza de la vida; descubren que el que tienen al lado también sufre… Entonces algo se mueve. Nuestros pies nos han llevado directamente al portal de Belén.
Tenemos muchos motivos para felicitarnos y para estar alegres, aun en medio de las penalidades que muchos están sufriendo. Sabemos que en el Portal hay sitio para ti, anciano o anciana; también para ti, preso, o emigrante. Y para ti, que te han echado de tu propia casa. Y cómo no, hay un lugar muy cómodo para ti, que estás enfermo, sufriendo en soledad tu dolor. ¡Qué portal tan grande!. Caben los niños del barrio, los jóvenes y todas las familias que viven por aquí cerca, y las de más lejos.
Felicidades a todos los hombres, mujeres y niños/as de buena voluntad.

José Carlos

domingo, 15 de diciembre de 2013

sábado, 22 de diciembre de 2012

Festival de Navidad


En poco más de una hora comienza el festival de Navidad. La recaudación va destinada a Cáritas Parroquial.

Ven! Estás a tiempo!


martes, 18 de diciembre de 2012

Un bonito Belén


Nuestro hermano Juan Carlos nos invita a ver su Belén, en este vídeo.

 
Si no funciona el vídeo pincha aquí.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Sorteo a beneficio de Cáritas

Esta es la cesta que se sorteará a beneficio de Cáritas parroquial. Las papeletas las puedes adquirir ya en la Parroquia.