martes, 31 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 8, 21-30)

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
    «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
    «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
    «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
    «¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
    «Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
    «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.


COMENTARIO
Cercana ya la Semana Santa, la liturgia nos ofrece textos en los que se ve la confrontación entre Jesús y los fariseos y los judíos. Les dice Jesús que va a un lugar dónde ellos no pueden ir, porque se lo impide su pecado, su manera de entender el mundo. Jesús va hacia la muerte, no como consecuencia del pecado, sino como un hecho que él acepta como entrega voluntaria. Los que son de este mundo no quieren la muerte, pero morirán, porque el pecado lleva a morir. Jesús, en cambio, se entrega a la muerte, pero ésta no tendrá poder sobre él, porque hace lo que el Padre le ha enseñado.
Este complejo y enigmático texto nos invita a nosotros a la entrega de los hermanos, a ser de arriba, a no dejarnos regir por los criterios de este mundo: la venganza destructora de toda relación, el egoísmo que rompe la comunidad de hermanos…  Si miramos a nuestro alrededor, enseguida nos damos cuenta que el dinero rige las relaciones de este mundo. Es triste ver cómo aumentan los precios del material quirúrgico en estos tiempos de coronavirus, o los precios de las funerarias, o los intereses políticos que buscan sacar tajada del dolor humano. Los discípulos de Jesús hemos de regirnos por otros valores muy distintos. Buen día

lunes, 30 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 8, 1-11)

EN aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
    «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
    «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
    «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
    «Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
    «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».
Palabra del Señor.


COMENTARIO
Hoy nos regala la liturgia este texto de la mujer adúltera. Todos lo conocemos. Pero merece la pena meditarlo detenidamente.
Lo primero que hay que destacar es que Jesús está en Jerusalén. Baja del monte de los Olivos al Templo. Allí se pone a enseñar, porque acudía mucha gente a escucharle. La gente tiene ganas de escuchar a los maestros de la vida. No hay otro maestro como Jesús. Igual que entonces, la gente sencilla sigue escuchando a Jesús, porque lo que dice es muy importante para nuestro camino. En contraste, aparecen en escena los escribas y los fariseos, la gente culta, los dirigentes religiosos más instruidos en la Ley de Moisés. Las intenciones de estos últimos son distintas, porque desean poner a prueba a Jesús. Desean una vez más demostrar que Jesús no respeta la Ley.
Ponen a Jesús ante el dilema que nos ponemos todos muchas veces en la vida: tenemos que ser estrictos en el cumplimiento de las normas o hay que ser misericordiosos ante los que caen. La respuesta no es sencilla. Si somos estrictos podemos destruir a muchas personas que pueden recomponer su vida. Si pensamos que aquí todo vale, estaremos aprobando el pecado y el mal que hace mucha gente. La respuesta de Jesús no es ni una ni otra.
La adultera puede parecernos una mujer que está muy lejos de sus condenadores: la primera es una pecadora, los segundos solo quieren cumplir la ley de Moisés. Pero Jesús nos descubre que la realidad no es así. Su mirada es misericordiosa, pero también es inteligente, porque mira el interior de cada persona. Por eso sabe que los acusadores de la mujer son tan adúlteros como ella. Puede que no hayan cometido adulterio, pero quizá han estafado a alguien o han dejado de pagar impuestos.
Jesús nos pone un espejo delante: la mujer adúltera nos representa a todos nosotros, pecadores, con pecados muy variados y ocultos, con pecados más groseros o cometidos finamente, para que nadie los note… Pero esa es nuestra realidad interior, la misma realidad que la de esa mujer: somos adúlteros porque no le somos fieles al Padre y a su proyecto. ¿Merecemos ser apedreados?. Ejercer la misericordia no significa consentir el pecado. Al contrario, la misericordia siempre nos hace más estrictos con nosotros mismos. Que tengamos todos un buen día

domingo, 29 de marzo de 2020

Evangelio del Domingo (V de Cuaresma)


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 11, 1-45)
EN aquel tiempo, había caído enfermo un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana. María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera; el enfermo era su hermano Lázaro. Las hermanas le mandaron recado a Jesús diciendo:
    «Señor, el que tú amas está enfermo».
Jesús, al oírlo, dijo:
    «Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella». Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba.
Solo entonces dijo a sus discípulos:
    «Vamos otra vez a Judea».
Los discípulos le replicaron:
    «Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver de nuevo allí?».
Jesús contestó:
    «¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche tropieza, porque la luz no está en él».
Dicho esto, añadió:
    «Lázaro, nuestro amigo, está dormido; voy a despertarlo».
Entonces le dijeron sus discípulos:
    «Señor, si duerme, se salvará».
Jesús se refería a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural.
Entonces Jesús les replicó claramente:
    «Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su encuentro».
Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos:
    «Vamos también nosotros y muramos con él».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
    «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
    «Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
    «Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
    «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
    «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja:
    «El Maestro está ahí y te llama».
Apenas lo oyó se levantó y salió adonde estaba él, porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole:
    «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano».
Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
    «¿Dónde lo habéis enterrado?».
Le contestaron:
    «Señor, ven a verlo».
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
    «¡Cómo lo quería!».
Pero algunos dijeron:
    «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?».
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
    «Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
    «Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días».
Jesús le replicó:
    «No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios ?».
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
    «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado».
Y dicho esto, gritó con voz potente:
    «Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
    «Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Palabra del Señor.


Homilía de José Carlos

El domingo pasado descubríamos a Jesús como la luz en medio de un mundo lleno de oscuridad. La liturgia de este último domingo de cuaresma, nos propone un anticipo de lo que viviremos en la Pascua. Se nos presenta a Jesús como la vida en medio de un mundo que provoca muerte. Ante las cifras de muertes que día a día recibimos como un rosario a consecuencia del coronavirus, merece la pena que nos detengamos un momento a descifrar este evangelio de Lázaro.

Juan presenta a los enfermos a los que cura Jesús como figura de este mundo abocado a la muerte por el pecado. Lázaro es uno de esos enfermos que agoniza, que sufre las consecuencias de un mundo injusto, hecho a imagen de los criterios de la Ley judía que destruye al hombre.

Pero Lázaro también tiene vínculos con la comunidad de Jesús, una comunidad de hermanos con nombre, representada por los tres hermanos del Evangelio: Marta, María y Lázaro. La comunidad de Betania es una comunidad de hermanos y de amigos, liderada por el “Amigo” Jesús. Una comunidad de iguales donde se comparten los bienes (recordemos que Jesús se hospedaba en su casa). Pero a esa comunidad aún le faltaba por descubrir algo importante: que Jesús es la vida, es la resurrección.
Los reproches de Marta y María muestran esa falta: “si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Es la misma objeción de los judíos: ”uno que ha abierto los ojos al ciego,¿ no podría haber impedido que este muriera?”. Jesús huye de los milagros espectaculares. No quiere despertar la fe a base de manifestaciones mágicas. La muerte es una realidad que el ser humano tiene que vivir. Por eso Jesús llora al perder un amigo, un hermano. Como todo el mundo siente dolor. Pero pide a María que crea para poder ver la gloria de Dios. Jesús pide fe para entender la muerte de una manera distinta a como la entendían los judíos. Ellos hablaban de la” resurrección del último día”. Por eso pide a Lázaro que se levante. No lo levanta Jesús, se levanta el mismo Lázaro. Le pide a los presentes que le quiten la losa y que le desaten. No lo hace Jesús. Lo hacen los presentes. Lázaro comienza a andar.

La losa es la barrera de la muerte que nos impide ver que la vida está unida a la Vida. Si estamos unidos a Jesús, nuestra vida, la muerte es un acontecimiento humano que hemos de pasar, porque así es nuestra naturaleza. Pero después de la muerte, seguimos unidos a quien es la Vida.
En estos días de coronavirus, echamos en falta la celebración de las exequias en las que celebramos la vida, la unión con el que nos trae la resurrección. Es triste ver cómo las familias no pueden recibir el abrazo de los amigos, de los hermanos cuando les toca despedirse de un ser querido. Pero hoy más que nunca, debemos sentir que Jesús nos abraza y nos consuela en nuestro dolor, que llora con nosotros. El Evangelio de Lázaro nos da esperanza, nos ayuda a entender que la vida en Jesús continúa, porque El es fuente de vida para todos los que creemos en él. Quizá le reprochemos como lo hicieron Marta y María “si hubieras estado aquí, mi ser querido no habría muerto”. Pero él está aquí, en medio de esta crisis, abrazándonos, dando mucha vida a todas las personas sumidas en el dolor, sintiéndonos hermanos, amigos, llorando de corazón ante las tinieblas de la muerte. Jesús nos anima a apostar por la vida en un mundo de muerte, de intereses y egoísmos que nos conducen a la oscuridad del sepulcro. En estos días son de agradecer los gestos que provocan vida a nuestro alrededor, desde la entrega del personal sanitario a todos los que desean apuntarse como voluntarios para ayudar como sea y donde sea. Esta crisis nos está recordando que un mundo así es posible. Inspirémonos en Jesús para que cuando pase todo esto seamos capaces de salir de nuestra burbuja y apostar por la vida.

La Eucaristía es un momento privilegiado para sentir que la comunidad de los hermanos difuntos y vivos no está separada por las fronteras de la muerte, por la losa de los sepulcros. En comunidad recibimos vida de él, que nos invita a ser portadores de vida allí donde estemos Dejo aquí una imagen que me ha mandado una persona de nuestra comunidad. Refleja muy bien lo que nos dice el evangelio de hoy. ¡Feliz domingo, feliz vida!


Homilía de Félix Ayuso

Estamos acabando la Cuaresma, acercándonos a la Pasión y muerte de Jesús, y  lo estamos haciendo no sólo espiritualmente, sino que en nuestro país, cómo en tantos otros  estamos en un contexto de sufrimiento y de muerte.

Hoy hay muchos Lázaros enfermos que pasan los días solos sin que ninguno de sus seres queridos pueda visitarlos, cómo Jesús no visito a Lázaro en su enfermedad.  Hoy  tenemos a muchas “Martas y Marías” que se inquietan porque no pueden hacer nada por sus maridos, padres o amigos enfermos; ni siquiera estar a su lado o darles la mano,  solamente esperar a ver que va ocurriendo. Van siendo muchos los sepulcros que se acumulan durante más de cuatro días porque no hay donde enterrarlos y los llevan a lugares fríos para que “no huela”.

En estas circunstancias los cristianos (es decir los que como Lázaro, Marta y María somos amigos de Jesús, Él  es parte importante de nuestra vida, con el que compartimos todo lo que vivimos y en el que creemos como nuestro Dios y Señor) esperamos a Jesús, esperamos que venga a nuestro lado, esperando todo lo bueno de Él, aunque ya todo indique que no se puede hacer nada: -«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»

Y Jesús llega  a su tiempo, y nos escucha, deja que le contemos, que abramos nuestro corazón y le contemos nuestro dolor, lo que esperamos, lo que no ha ido como queríamos y también nuestra fe, lo que esperamos de Él.

Y una vez que nos ha acogido, que nos ha escuchado, él nos habla, ante nuestras palabras de dolor, de muerte (“mi hermano ha muerto”) y de fe (“Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.») Jesús nos responde: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».

Nos está diciendo que Él es lo que el Padre nos concede, que  Él es la RESURRECCIÓN y la VIDA que el Padre nos da. Que si creemos en él, es decir si confiamos en él, si nos dejamos llevar por él, si le dejamos entrar en nuestro dolor y en nuestros” sepulcros” ,entonces viviremos.

Podemos ahora, contemplando lo que ocurre con Marta, María y Lázaro, descubrir CÓMO el Señor NOS ESTÁ DANDO VIDA y como puede dárnosla:

1) Viniendo a nuestro encuentro

Jesús se acerca a la casa de sus amigos, aunque corra riesgo porque está cerca de Jerusalén y pueden matarlo, quiere estar con nosotros. Esa cercanía nos abre una puerta diferente, rompe el círculo de sufrimiento y de muerte hace que Marta “salga” del duelo y del lamento para ir a su encuentro, y después, este encuentro  provocará que ella vaya a llamar a María y vaya no a donde todos esperaban, al sepulcro, sino a ver al Señor.

Estos días muchas personas están rompiendo el miedo de acercarse a los enfermos, a la muerte, se crean relaciones entre personas aisladas en los hospitales y personas que están fuera. Algunos no se conocían de nada, se llaman, se escriben, esto abre una vía de vida para quien está sólo y no tiene a nadie, para no dejarse atenazar por el dolor, por el miedo y por la soledad, le hace conocer otra vida, la de aquel o aquellos que le llaman.  Y da vida también a aquellos que prestan el servicio, pues están encerrados en el sepulcro de su confinamiento y esto les hace “salir” al encuentro de otro, les da vida, la de aquel que está recluido en el hospital. Jesús nos está dando vida aquí, nos da la vida de otras personas, NOS LA DA VIDA A TRAVÉS DE AQUELLOS CON LOS QUE NOS COMUNICAMOS.

Además hay muchas “Martas”, que su encuentro con el Señor  les mueve a buscar a las “Marías” encerradas en su dolor, sus lamentos y sus miedos y las hacen “salir” porque les hablan del Señor, porque comparten con ellas la paz, la esperanza, la luz que de él reciben y las animan a buscar en Él la vida.

2) Compartiendo nuestro dolor.

 Jesús, cuando ve llorar a María, LLORA CON ELLA, Jesús siente con nosotros, es compasivo, nos da su corazón, podemos sentir su corazón sintiendo con nosotros, compartiendo nuestro dolor, nos introduce dentro de él, es el abrazo de Dios, quien nos rodea con sus brazos, tiembla con notros y al mismo tiempo nos protege y sostiene. Podemos desahogarnos, llorar en su pecho, experimentando la comprensión, el alivio, la calma.

Ese abrazo que ahora no podemos darnos cuando  estamos enfermos o cuando  alguien muere. Pero que podemos experimentar cuando el personal sanitario nos trata como si fuéramos alguien cercano,  llora cuando alguien se les va o salta de alegría cuando logran que alguien vuelva a respirar sin ayuda. También cuando un amigo nos llama y no se limita a decir “Te acompaño en el sentimiento” sino que nos  pregunta ¿Cómo estás? y deja tiempo para que nuestro corazón se abra, y podamos desahogarnos con él, y escucha, incluso llora compartiendo nuestro dolor. EL SEÑOR NOS DA LA VIDA EN AQUEL QUE ME AMA, me escucha y comparte mi dolor, me rodea con la suya, aunque no pueda darme un abrazo.

3) Abriendo nuestros sepulcros

“Dice Jesús:-«Quitad la losa.» Marta, la hermana del muerto, le dice:-«Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»

Tantas veces la vida es como los cementerios, todo recubierto de bellas losas tapando aquello que se “degrada” y “huele mal” en su interior. Corremos un tupido velo y a otra cosa, pero lo que hay detrás está muerto y huele mal. Y Jesucristo nos hace levantar las losas.  Así nos ha pasado estos días en la Unión Europea, cuando se reunieron los diferentes países para abordar un plan conjunto no se llegó a un acuerdo y cuando quisieron taparlo con un comunicado final ambiguo, este se rompió en pedazos.   la vista de todos que no hay vida compartida en Europa, sino luchas de intereses, que no preocupa mantener la vida de los hombres, sino el propio dinero, aunque para eso cada uno se confine en el sepulcro de su país; que para algunos  es mejor la muerte de los ancianos que poner en riesgo  el modelo de vida que llevamos.

También se han roto en pedazos la “puesta en escena” y la exhibición de los millones  de materiales sanitarios que hemos comprado, cuando hemos descubierto que no llegarán hasta dentro de un mes, y los que nos han llegado  son defectuosos y no los podemos utilizar.

Se han roto las bellas losas de “ser independiente es lo que me da vida” “que cada uno viva en su casa y haga su vida”. Qué tapaban nuestros egoísmos, nuestras faltas de humildad para reconocer nuestros errores y manías,  nuestra falta de voluntad para convivir, para vivir conscientes de quien soy, de lo que me falta, de lo que me sobra, de lo que necesito.  Y esta situación ha hecho darnos cuenta de que sin los otros “estamos encerrados en un ataúd”.

4) Orando

Jesús abre nuestros, sepulcros, hace salir lo que está muerto y huele mal en nuestras vidas y se pone a orar. Orar para Jesús es hablar con su Padre, es entrar en comunión vital con Él. Ahora Jesús lleva al Padre aquello que está muerto: Lázaro, todo lo que están falleciendo estos días y todo lo que hay muerto en nosotros. Lo lleva para que el Padre lo de vida, lo llene de su vida, lo vuelva a llamar a la vida.

La oración de Jesús, que se hace uno con nosotros, hace que nuestros muertos no se queden oliendo mal en el sepulcro o inertes en las cenizas de la urna, sino que el Señor los llame a la vida, que compartan la vida de Dios en el cielo.

La oración de Jesús que abre y abraza lo que en nosotros está muerto hace que volvamos a vivir: que las personas vuelvan a abrir los ojos y descubran que vivían en apariencia que “estaban muertos” (matados por el egoísmo, la soberbia, la mentira).

Nos hace volver a vivir con los demás, sentir su necesidad, su falta. Nos hace volver a tener sed de Dios ya recibir cada día de él la vida.

El Señor es la Resurrección y la vida ¿Lo creo?

¿Dónde y cómo el Señor me está dando vida?

Acógelo, agradéceselo  y deja que sea Él quien te mueva

sábado, 28 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 7, 40-53)

EN aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían:
    «Este es de verdad el profeta».
Otros decían:
    «Este es el Mesías».
Pero otros decían:
    «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?».
Y así surgió entre la gente una discordia por su causa.
Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron:
    «¿Por qué no lo habéis traído?».
Los guardias respondieron:
    «Jamás ha hablado nadie como ese hombre».
Los fariseos les replicaron:
    «También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos».
Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo:
    «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?».
Ellos le replicaron:
    «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas».
Y se volvieron cada uno a su casa.
Palabra del Señor.


COMENTARIO
Se ve que Jesús estaba alcanzando una cierta fama entre los judíos. Y como siempre, las opiniones sobre él estaban encontradas: unos a favor y otros en contra. Unos creían que era un profeta, otros, que era el Mesías. Las autoridades judías querían prenderlo. Pero hasta los guardias dejaban de cumplir las órdenes porque notaban que las cosas que decía Jesús eran especiales.
Como siempre, es muy difícil ir en contra de la opinión dominante. Los poderosos habían sembrado una idea sobre Jesús como un embaucador. Los fariseos, los entendidos de la Ley, no creían en Jesús, porque éste la incumplía. Pero, como siempre, había uno de ellos que tenía otra opinión distinta sobre Jesús. Nicodemo era también fariseo, pero se daba cuenta de que no se puede prender a un hombre y juzgarle sin escucharle antes, sin  tener pruebas de lo que ha hecho.
Necesitamos muchos “Nicodemos” en nuestro mundo. Es hoy tan fácil hacer juicios rápidos sobre los demás sin conocer de verdad la realidad de las cosas... Las redes sociales, las noticias falsas, el periodismo mal entendido, la manipulación política… nos impiden pensar y conocer la complejidad de la realidad. Ojalá estos días de confinamiento en nuestras casas nos ayuden a reflexionar, a informarnos en profundidad de los problemas, a no dejarnos llevar por opiniones simples que arrastran a muchos. En cualquier hecho de la vida hemos de preguntarnos dónde está la verdad. En muchas ocasiones la podemos encontrar en las personas que menos medios tienen para crear opinión, no en los que utilizan toda la maquinaria del poder para fortalecer sus intereses, enardeciendo a las masas. Que tengamos todos un buen día, aunque sea en medio de tanto dolor como estamos viendo.

viernes, 27 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 7, 1-2. 10. 25-30)

EN aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:
    «¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:
    «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.


COMENTARIO
El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús en el contexto de la fiesta judía de las tiendas. Era una fiesta muy popular que duraba siete días. Muchos peregrinaban a Jerusalén porque, según la profecía de Zacarías, llegaría el Señor vestido de majestad a la ciudad santa. Era una fiesta asociada con la llegada del Mesías, que entraría en Jerusalén en un borrico. 
Se nos dice que Jesús entra clandestinamente en Jerusalén para celebrar esta fiesta, porque ya los judíos trataban de matarlo. Pero muchos en Jerusalén ya conocían a Jesús, porque le reconocieron. En el contexto de la fiesta de las tiendas, plantean los judíos la procedencia de Jesús. Se sabía que el Mesías nacería en la ciudad de David, pero nadie lo conocería hasta que irrumpiera repentinamente ante todos, lleno de gloria. A Jesús le conocían, sabían su procedencia, por lo que no podría ser el Mesías.
La respuesta de Jesús es lapidaria: “a mi me conocéis, pero no conocéis a quien me envía, al Verdadero”. Los judíos esperaban ver al Mesías triunfante, pero Jesús no es ese Mesías. Concluye el texto con la marcha de Jesús, sin que nadie pudiera echarle mano, porque su hora no había llegado. La “hora” es un recurso típico del evangelio de san Juan. La “hora” es el momento de la entrega. Pero ese momento no se realizará por la fuerza. Es Jesús el que entregará su vida, sin que nadie le obligue.
También nosotros tenemos nuestra hora. No es la hora de la muerte. Es la hora de nuestra entrega a Dios y a los hermanos. El nos pide dejarlo todo para ponernos al servicio del Reino. Es el momento en el que decidimos que somos de Dios, que somos del Reino, que somos servidores, que damos nuestra vida sin reticencias. Es verdad que nuestra entrega es parcial, por eso nuestra hora siempre ha de ser un proceso constante en el tiempo. Como la de Jesús, nuestra entrega, siempre es desde lo pequeño, desde los gestos sencillos que hablan de servicio al hermano. Jesús sigue estando presente en nuestro mundo de forma humilde. A veces incluso, sigue molestando. Que en medio de esta crisis sepamos ver al Mesías pequeño que está a nuestro lado. Buen día a todos.

jueves, 26 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
    «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».
Palabra del Señor.


COMENTARIO
El prólogo del Evangelio de San Juan nos anuncia lo que va a ser una constante en el desarrollo de dicho evangelio. El prólogo nos dice que la Palabra vino al mundo, pero el mundo no la recibió. En este texto, se nos dice cómo los judíos no admiten ni escuchan a Jesús. El se siente rechazado por ellos, porque no les vale el testimonio que da de sí mismo, ni el testimonio de Moisés, ni el  de Juan Bautista. Pero Jesús se sabe avalado por el Padre. Lo demuestran las obras que hace.
El otro día decíamos que no nos podemos gloriar de nuestras propias obras, pero a las personas se las puede conocer por lo que hacen, no solo por lo que dicen.
Jesús nos dice que viene del Padre, pero lo definitivo son sus obras: su incansable amor por los enfermos y excluidos, su entrega por el Reino, su trabajo por la justicia…
En el mundo escuchamos muchos testimonios de mucha gente, muchas opiniones que nos influyen en mayor medida. La realidad es tan compleja que no podemos conocer lo que hay detrás de las palabras. Más que nunca es necesario comprobar las cosas que nos dicen, más que nunca, es primordial descubrir los retazos de evangelio que hay en la vida de las personas, sean creyentes o no. Si lo hacemos de verdad, podemos llevarnos muchas sorpresas. Feliz jornada a todos. No nos olvidemos de mantener la firmeza ante la adversidad.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque “para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor.


COMENTARIO
Hoy es un día importante en el calendario litúrgico. Es la Anunciación del Señor. En este diálogo entre el Ángel Gabriel y María, se nos van explicando poco a poco los acontecimientos previos a la Encarnación: la sorpresa turbadora de María ante la presencia del Ángel, la explicación de quien va a ser el Hijo de María, las dudas de ésta por no conocer varón, la nueva explicación del Gabriel detallando cómo van a ocurrir las cosas,  y por último, la aceptación de María con el “hágase en mí según tu palabra”.
Pero hay alguien más en este relato. Casi de pasada, se nos habla del Espíritu Santo como el que hace posible lo que es imposible. El Espíritu es quien engendra la vida de Jesús, quien bajará sobre María y será cubierta por la fuerza del Altísimo. Mientras que los discípulos solo reciben el Espíritu en Pentecostés, María lo recibe en la Anunciación. Desde el principio, es la mujer cubierta por el Espíritu Santo.
En estos tiempos de imposibles, más que nunca, también nosotros necesitamos la fuerza del Espíritu de Dios. El lo transforma todo. Primero nos transforma a nosotros, luego, cambia el mundo entero. Por eso queremos pedir al Padre que en esta crisis del coronavirus, nos abramos al Espíritu. El nos ayudará a entender el mundo a la manera de Dios. Ojalá podamos decir con María: “hágase en mí según tu palabra”. Buen día a todos

martes, 24 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan.
SE celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
    «¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
    «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
    «Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
    «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
    «El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
    «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
    «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Palabra del Señor.


COMENTARIO
La ley de Moisés era la esencia de la religión judía. Cualquier hombre que fuera piadoso debía cumplir esa Ley, articulada por los Diez Mandamientos y otros muchos preceptos legales y religiosos, entre los que estaba el precepto del sábado, por el cual ningún judío podía trabajar o hacer esfuerzos.
En este evangelio, Juan nos presenta al paralítico como figura del pueblo de Israel; un pueblo enfermo por el cumplimiento de la Ley, paralizado, sin que nadie pueda ayudarlo a curarse. Para Jesús La Ley es la fuente del pecado del pueblo, que trae como consecuencia su parálisis.
Jesús sana al paralítico en sábado, saltándose la Ley, haciéndole libre para que pueda levantarse de su postración y pueda cargar con su camilla; la camilla ya no cargará más con él. Jesús inaugura un nuevo tiempo donde el Pueblo ya no estará impedido para tener su propia libertad. Jesús libera al hombre de toda dependencia. Por el contrario los judíos de Jerusalén siguen atados al pecado, paralizados por la Ley que no salva, ni libera. Por eso Jesús le dice al paralítico que no peque más, que se mantenga en el tiempo nuevo que inaugura Jesús.
También nosotros, que nos pensamos muy libres, a veces estamos paralizados por muchas cosas. Puede ser que lo único que nos alivia es estar tumbados en la camilla del dinero, de la seguridad, de la comodidad… Que el dinero no te lleve a ti, que seas tú quien lo maneje; que la comodidad no te impida levantarte para servir al hermano, que seas tú quien se levanta presto para salir a su encuentro; que tu ego no sea lastre para reconocer la grandeza del otro y sus valores, que seas tú quien descubre los talentos de tu hermano. Coge tu camilla y echa a andar, aunque eso sea ir contracorriente. Buen día a todos

lunes, 23 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 4, 43-54 )

EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado:
    «Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
    «Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
    «Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
    «Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
    «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.
Palabra del Señor.


El evangelio de hoy narra un encuentro de Jesús con un hombre poderoso en Caná de Galilea. Era funcionario real, un hombre de la corte, acostumbrado a tener criados y a conseguir aquello que necesitaba. Pero la enfermedad no entiende de clases sociales, También enferman los poderosos.
El funcionario acude a Jesús para que baje desde Caná, que estaba en la montaña, a Cafarnaún, la ciudad más importante de Galilea. Este hombre espera que Jesús despliegue todo su poder y cure a su hijo. Ve a Jesús como un profeta poderoso como los antiguos profetas que hacían milagros admirables. Por eso Jesús responde: “si no veis signos y prodigios, no creeis”. Jesús quiere alejarse de esa religión mágica que basa su fe en portentos y prodigios espectaculares. No hace ningún portento, solo pronuncia unas palabras: “anda, tu hijo vive” La palabra de Jesús nos pone en camino. Jesús no baja a donde está el niño, pero hace que el funcionario se ponga a andar con una actitud renovada, bajando de su poder, de su forma equivocada de ver el mundo. Cuando llega y cae en la cuenta de la hora en que le dejó la fiebre, entiende que la Palabra de Jesús transmite vida. Por eso creyó con toda su familia.
Hoy nosotros le pedimos a Jesús que nos salve de todos estos males que nos acechan. Que su Palabra sea vida para nosotros, y nos ayude a bajar de nuestras cimas, poniéndonos en camino, aunque no podamos salir de casa. Estos días pueden ser el inicio de un camino interior. Buen día a todos.

domingo, 22 de marzo de 2020

Diario del Coronavirus. Día octavo (22/3/2020)


Buenos días. ¡Hoy es Domingo!, ¡Día del Señor! Aunque no podemos celebrar la Eucaristía en comunidad, os tendré presentes a todos en el altar de nuestra parroquia. Os propongo hoy que nos dejemos llenar por la Palabra de Dios, por el Evangelio. Dejemos un rato en nuestras actividades del día para leer el Evangelio tranquilamente, detenidamente. Pongámonos a la escucha. Jesús nos habla. Si queréis podéis mandar vuestras aportaciones, como todos los días, a partir de lo que el evangelio de hoy os está diciendo.  Así podemos hacer una gran homilía entre todos, ayudarnos los unos a los otros comunicándonos lo que la Palabra nos dice.
***
Como quedamos os comparto el estudio de Ev. Jn 9, 1 ss.    Jesús se nos revela como Maestro que enseña a situarse ante los acontecimientos: la ceguera de este ciego de nacimiento no es fruto del pecado de nadie sino q es para q se manifiesten las obras de Dios. Jesús con sus gestos, curando en sábado, enseña q el amor al prójimo está por encima de cualquier norma. El precepto del sábado no puede impedir hacer el bien al q lo necesita. Se nos revela como luz del mundo. Jesús no sólo abre los ojos al ciego sino q también abre su inteligencia. Le hace ver con claridad a pesar de la polémica q su curación ha suscitado: "si es un pecador, no lo sé, sólo sé que era ciego y ahora veo"," sabemos q Dios no escucha a los pecadores, mas si uno cumple su voluntad a ese si le escucha".   Jesús sale al encuentro del ciego al enterarse de que le habían echado de la sinagoga y suscita en el la confesión de fe: "creo Señor" y se postró ante él.   Jesús se revela como juez q ha venido a dar vista a los q no ven y a los q se creen q ven dejarles ciegos. Los fariseos creen ver se vuelven ciegos y no pueden aceptar q Jesús les rompa sus esquemas q consideran inamovibles. La ceguera de los q no quieren ver es la de aquellos q piensan q se las saben todas y no necesitan ser iluminados por nadie. Me invita a caminar según la luz de Cristo y dejar q él me ayude a discernir.
***
En está oscuridad que estamos viviendo Jesús  está a nuestro lado para darnos su Luz,crees  en el Hijo del Hombre? Pidamos  al Señor que aumente nuestra fe no nos dejemos  llevar por tantas noticias que estamos teniendo antes eras tiniebla ahora sois luz
***
Se hecha de menos la Eucaristía comunidad, pero el Señor nos da medios para poder vivir este momento a la sombra de su palabra. A mi las lecturas del día de hoy me invitan a la obediencia, como hizo Saul al obedecer al Señor e ir en busca de David, y el evangelio también porque al igual que este hombre esta ciego así me veo yo muchas veces que no entiendo lo que esta pasando y sale el revelarse y no obedecer a las normas impuestas, este evangelio me invita a obedecer como hizo el ciego que después de de Jesús le llenase de barro los ojos le hizo irse a lavar a un sitio concreto, como a nosotros que tenemos que cumplir unas normas concretas y si obedecemos veremos la realidad y la realidad es que veremos que nos salvaremos, por eso es importante estar apoyados en la palabra de Dios que cada día nos ilumina. Buen domingo a todos.

Evangelio del Domingo


Cuarto domingo de cuaresma, ciclo A

Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 9, 1-41)

EN aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento.
Y sus discípulos le preguntaron:
    «Maestro, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?».
Jesús contestó:
    «Ni este pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras es de día tengo que hacer las obras del que me ha enviado; viene la noche y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo».
Dicho esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego, y le dijo:
    «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)».
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:
    «¿No es ese el que se sentaba a pedir?».
Unos decían:
    «El mismo».
Otros decían:
    «No es él, pero se le parece».
El respondía:
    «Soy yo».
Y le preguntaban:
    «¿Y cómo se te han abierto los ojos?».
Él contestó:
    «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver».
Le preguntaron:
    «¿Dónde está él?».
Contestó:
    «No lo sé».
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó:
    «Me puso barro en los ojos, me lavé y veo».
Algunos de los fariseos comentaban:
    «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado».
Otros replicaban:
    «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?».
Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:
    «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?».
Él contestó:
    «Que es un profeta».
Pero los judíos no se creyeron que aquel había sido ciego y que había comenzado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron:
    «¿Es este vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?».
Sus padres contestaron:
    «Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora no lo sabemos; y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, que es mayor y puede explicarse».
Sus padres respondieron así porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: «Ya es mayor, preguntádselo a él».
Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron:
    «Da gloria a Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador».
Contestó él:
    «Si es un pecador, no lo sé; solo sé que yo era ciego y ahora veo».
Le preguntan de nuevo:
    «¿Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?».
Les contestó:
    «Os lo he dicho ya, y no me habéis hecho caso; ¿para qué queréis oírlo otra vez?, ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos?».
Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron:
    «Discípulo de ese lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ese no sabemos de dónde viene».
Replicó él:
    «Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene, y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es piadoso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si este no viniera de Dios, no tendría ningún poder».
Le replicaron:
    «Has nacido completamente empecatado, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?».
Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
    «¿Crees tú en el Hijo del hombre?».
Él contestó:
    «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?».
Jesús le dijo:
    «Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es».
Él dijo:
    «Creo, Señor».
Y se postró ante él.
Dijo Jesús:
    «Para un juicio he venido yo a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos».
Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron:
    «¿También nosotros estamos ciegos?».
Jesús les contestó:
    «Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado; pero como decís “vemos”, vuestro pecado permanece».

Palabra del Señor.


COMENTARIO

Al evangelista San Juan le gusta hablar de las tinieblas y la luz. Ya en Navidad, al hablarnos de la Palabra hecha carne, nos la describía como la luz verdadera que ilumina a todo hombre. Nos recordaba que las tinieblas no recibieron a la luz.
En el relato del evangelio de hoy, S. Juan, toma un milagro de Jesús, la curación de un ciego, y aprovecha para hablarnos de lo mismo: la luz y las tinieblas.
Los hombres siempre se han preguntado sobre las causas del mal y del dolor. También nos preguntamos ahora qué es lo que ha causado esta pandemia del coronavirus.
En tiempos de Jesús veían la enfermedad como una consecuencia del pecado. En otras palabras, el pecado es la causa, la enfermedad es la consecuencia o el castigo. Podía ser incluso que el pecado lo hubieran cometido los antepasados, como en el caso del ciego de nacimiento. Si ya nace ciego, es que el pecado lo habían cometido sus padres, no él mismo.
En este mundo de inseguridades, de injusticias, de hambrunas, de refugiados que huyen de la guerra, de mil cosas más, descubrimos la evidencia de la tiniebla, de la oscuridad, cuando nos toca de cerca. Ahora lo vemos con el coronavirus, Pero la enfermedad y la muerte nos acechan siempre.
Jesús se encontró con el ciego y actuó de dos maneras: dándole vista, cuando hizo barro y lo puso sobre sus ojos; liberándole de la carga que le imponen los defensores de la Ley, abriéndole los ojos a la Luz verdadera.
En nuestro mundo sigue habiendo muchos fariseos que quieren impedir que las personas sean libres, piensen por sí mismas, tengan dignidad… Jesús no actúa contra nadie, pero no se deja manipular por los malos fariseos que no desean que nada cambie. El se presenta como la luz. En un mundo manipulado por tantas opiniones, la mayoría de las veces interesadas de unos y de otros, podemos encontrar en Jesús la luz de la verdad. Al escuchar su Palabra luminosa encontramos una forma de vivir, sin enfrentamientos, sin ideologías que mantienen la oscuridad.
En este cuarto domingo de cuaresma podríamos preguntarnos cuáles son nuestras dependencias ideológicas que nos hacen seguir en las tinieblas de este mundo. Y a la vez, abrir nuestros ojos a la Luz verdadera, que es Jesús, su Palabra, su comunicación de vida. Señor, ábrenos los ojos para poder descubrirte.


OTRA HOMILÍA

Jesús y sus discípulos se encuentran con un ciego de nacimiento y estos empiezan a preguntarse por el por qué, por la causa de ese mal:-«Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?». También entre nosotros  han corrido y siguen corriendo muchos rumores sobre cómo, quien y con qué propósitos ha comenzado este virus… También nos estamos lamentando de lo mal o lo tarde que se han tomado las medidas. Miramos hacia atrás, empezamos a lamentarnos, y no pocas veces entramos en una espiral de pesimismo.
Pero Jesucristo, el hijo de Dios, cuando nos acercamos a él con este espíritu y le preguntamos nos cambia la mirada: Jesús contestó:-«Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios.”
Para que se manifiesten las obras de Dios: Jesús nos hace girar el cuello y mirar hacia delante, hacia el futuro, hacia lo que Dios hace en esta realidad y quiere seguir haciendo. Dios está obrando en esta realidad. ¡Ojo no seamos simplistas, Él no nos ha enviado el virus, como tampoco hizo que el ciego lo fuera! ¡Pero en aquella y en esta desgracia Dios actúa, hace su obra!
Y ¿Qué es lo que hace Dios? ser LUZ: Mientras es de día, tenemos que hacer las obras del que me ha enviado; viene la noche, y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.»
 “escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego” Jesús, hace barro con la tierra y su saliva y lo pone en nuestros ojos como hizo el Padre en la creación con el barro y su aliento, aquella acción creo al hombre, esta lo recrea,  lo pone en camino hacia una nueva vida: y le dijo:-«Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).»
Cuando el ciego hace lo que le manda Jesús, el que era ciego ve. Si nosotros dejamos que Jesús coja nuestra mirada y la transforme desde la suya, recibiremos la luz, QUE NOS HARA VER:
1) LO QUE OTROS VIVEN. Si dejamos que Jesús toque nuestros ojos  esta situación nos ayudará a ver y a comprender  lo que otros viven cotidianamente, a “meternos en sus zapatos”:
-Estamos viviendo encerrados “en arresto domiciliario”, estamos experimentando la ansiedad de no poder salir, la falta de nuestros seres queridos, algunas veces los roces con nuestros familiares por pasar las 24 horas del día juntos, así estamos viendo y comprendiendo lo que pasan los presos en las cárceles. O las familias cuyo hogar está compuesto de una sola habitación que sirve para todo y para todos.
-Estamos viviendo con el miedo a ponernos enfermos, porque no hay medicinas que nos curen, porque puede que no haya medios en el hospital para curarnos, como les ocurre cada día  a la mayoría de las personas que viven en África, América Latina, muchos países de Asia.
-Estamos viendo que los trabajos están en el aire, que no sabemos si en unos meses trabajaremos, la incertidumbre material, como tantos millones de personas que viven al “día” sin poder plantearse proyectos a futuro.
-Estamos viviendo la “inseguridad de la calle”, si salimos nos exponemos a un grave problema, como ocurre en Honduras, en Méjico, en tantos países, por los robos, violencia…
-Estamos sintiendo el riesgo de la muerte, ahí vecina, escondida a la vuelta de la esquina, que puede tocarnos en cualquier momento. Como en los países que viven en guerra, Siria, Libia…, como en los países donde hay grupos armados que asaltan.
-Viviendo todo esto podemos ver lo que hay en el corazón de tantos miles de personas que se agolpan en las fronteras de Grecia o de España, que se exponen a morir para llegar a nuestras costas… no buscan robarnos o aprovecharse de nosotros, huyen de la inseguridad, buscan “poder Vivir” en nuestra segura y pacífica Europa, porque ellos viven cotidianamente lo que a nosotros nos ha llegado estos días. Aunque a veces también nos traigan algún mal de los que allí viven. Pero es lo mismo que han hecho tantos paisanos nuestros cuando han huido de Milán o Madrid, han buscado refugio y libertad  y han llevado, sin quererlo, el mal por toda la geografía nacional.
2) LO QUE ANTES NO VEÍAMOS, el Tesoro escondido que nos pasaba desapercibido
Esta “condena” que estamos viviendo nos limita, pero nos puede hacer ver el valor de tantas cosas que antes dábamos por descontadas o pasaban desapercibidas:
-El valor de una llamada. En nuestra normal vida frenética, hacemos todo corriendo, vemos todo como tareas, y no percibimos como están los otros. Ahora, que estamos parados, que no podemos ir a ningún sitio, o que vivimos en tensión permanente porque tenemos una profesión que nos hace estar en la trinchera, valoramos, igual que los presos en la cárcel, que alguien nos llame, o dedicamos tiempo a llamar a los demás, se convierte en un tiempo sagrado. Porque eso significa que hay alguien que se preocupa por nosotros y nos quiere, que, por desgracia, no puede estar allí físicamente con nosotros pero realmente lo está, es parte de mí y yo de él-.
-El tesoro escondido en el vecino, que comparte con nosotros. En la vida ordinaria no conocemos a quien vive al lado, porque cada uno está lo suyo y tiene su vida propia, o hemos conocido algún aspecto malo de su carácter o de su apariencia y tenemos prejuicios. Estos días muchos nos hemos sorprendido cuando hemos visto que ha puesto un cartel o llamado a nuestra puerta para ofrecer su ayuda, cuando hemos escuchado lo bien que canta o toca un instrumento (antes quizás pensábamos que vaya lata que daba, que rompía nuestra paz o nuestra concentración), cuando  oímos sus  chistes o vemos como anima a realizar alguna acción de todos, porque Él y nosotros hemos salido al balcón a compartirlo.
-Que haya alguien que vele por nosotros, médicos, cuerpos de seguridad. Hemos tenido como un derecho la sanidad, la educación, la seguridad, y lo exigíamos y exigíamos a los profesionales, llegando a criticarlos. Hoy valoramos mucho que ellos nos estén cuidando y curando, que expongan su vida cada día para que salgamos de esta situación, que haya quien nos cuide y nos cure.
-La importancia y El gozo del encuentro. Ahora no podemos encontrarnos, ni para tomar un café, ni para ver o hacer deporte juntos, ni para un cumpleaños o un funeral… y sentimos fuertemente esa falta, necesitamos del encuentro, de estar con el otro y no para pasar el tiempo, salir de la monotonía o divertirnos, sino para SER, sin los demás nos falta algo de nosotros, necesitamos compartir con los otros, compartir la vida y hacer camino juntos.
-El verdadero valor del tiempo. Normalmente vamos con horario a todos los sitios y cuando  algo se alarga más de lo previsto nos ponemos nerviosos porque no vamos a llegar a lo siguiente. Ahora no tenemos prisa y podemos descubrir la forma de vivirlo de los africanos y latinoamericanos, con calma, contemplando y  saboreando cada cosa.  Sobre todo cuando estamos en comunidad, cuando los africanos se reúnen el tiempo desaparece, pasan horas, el reloj no existe,  cada uno saca lo que lleva dentro y los demás se suman; se habla, se canta, se reza, se come, se comparte, se vive, sin prisa, se hace fiesta, y no porque todo les vaya bien en la vida, sino porque allí está saben que ahí está la vida, ese es el objetivo, gustamos la eternidad.
¿Qué es lo que Dios me está haciendo ver, descubrir, valorar estos días?
3) EL CAMINO  QUE DIOS NOS OFRECE
Vivir  en la luz: Jesús “pone su luz” en nuestros ojos para ver como él ve, para ver lo que Dios ve, la realidad, las personas, a nosotros mismos, el camino a realizar. Pero, entendamos bien, su luz no es un aparato que nos pone, es el mismo que entra en nuestra vida y podemos ver con sus ojos, que comparte su ser, su mirada, su espíritu conmigo.
Entonces nos convertimos en “hijos de la luz”, renacidos como Hijos de Dios, que viven en su presencia, en su compañía, que perciben y realizan las cosas no desde los criterios de este mundo, sino desde los criterios de Dios.
Dar luz: Jesús nos convierte  en testigos  de lo que ha hecho con nosotros: “sólo sé que yo era ciego y ahora veo.»,  y de lo que nos hace ver: -«Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder.». Esa es la misión que Dios nos ofrece.
¿Cómo se está concretando, este camino, esta vida y esta misión en mí?
Félix Ayuso Beades

sábado, 21 de marzo de 2020

Diario del Coronavirus. Día séptimo (21/3/2020)


Buenos días a todos. Hay un wasap, que circula por ahí contando cosas buenas en medio de esta catástrofe. Hoy, que es fin de semana, podríamos también contar nosotros cosas buenas que conocemos, hechos que sean dignos de mención, detalles de nuestra vida familiar o social que quisiéramos resaltar. Así en medio del drama, podemos descubrir el VALOR DE LA BONDAD.
***
Buenos días, otra vez, hoy empiezo yo, antes de dispersarme con las múltiples tareas que me he planificado para estos días de encierro y que seguro no terminaré, jajaja. Tengo muchos sentimientos encontrados, porque si bien estamos viviendo una situación triste y angustiosa, me alegra mucho comprobar como la bondad y la solidaridad aflora en muchos de los vecinos de mi pueblo, ya que son numerosos los que a través del grupo de wasap creado, o de otras maneras, se han ofrecido y están llevando a cabo diversas tareas para evitar que los mayores salgan a la calle y tengan las necesidades de medicación y comida garantizadas. También me emociona su aptitud y disponibilidad para confeccionar mascarillas, ofrecer recursos de entretenimiento y estar siempre atentos a las necesidades que van surgiendo. Por fin, estamos utilizando la tecnología de una forma racional e inteligente, ya que se han creado grupos de skype para seguir manteniendo las relaciones sociales que tanto añoramos en estos días, y seguir manteniendo, aunque de forma diferente, las actividades que realizamos en los diferentes grupos a los que pertenecemos. Y por todo esto y mucho más, y aunque me encuentre triste y melancólica, a la vez me siento alegre y contenta al comprobar cómo de todo lo malo se sacan siempre cosas buenas y de darme cuenta de lo cierto que hay en las palabras de nuestra “Santa”, que con mucho acierto afirmaba que “En tiempos recios, amigos fuertes De Dios”. Buen día a todos y un beso muy fuerte desde la distancia
***
La verdad es que ante esta situación parece que solo no centramos en lo malo, es normal porque tenemos miedo y nos preocupa mucho . Es una situación que nos puede desbordar pero
hay  muchos detalles que hacen ver lo positivo de la pandemia , pequeños gestos que nos hacen salir de nosotros mismos.
Personas sanitarias que entregan sus vidas diariamente , farmacias, fábricas de alimentación , comercios , policías , guardias civiles , personas que voluntariamente hacen mascarillas , fábricas que donan materiales para los hospitales , taxistas que se ofrecen para llevar a los hospitales , personas que llevan los alimentos y medicinas a los mayores .
Niños que dan alegría y humor en casa, vecinos que animan con música cuando aplaudimos por tantas personas ...
Gente que ofrece gratuitamente entretenimiento en las redes para niños, jóvenes .
Personas que descargan el pago de alquiler a sus inquilinos , países que ofrecen su ayuda ,su experiencia . Personas que se preocupan por los que viven en las calles y buscan un lugar para cobijarse estos  días , personas que atienden a los ancianos , profesores que se preocupan por sus alumnos y sus familias ....
Personas que mandan mensajes de ánimo , de esperanza , invitaciones para vivir esto como un cambio en nuestras vidas .
Miles de personas que tienen pequeños gestos: llamadas, mensajes , videollamadas...
Personas que rezan unos por otros , ante el dolor , ante las dudas ....
A mi todo me hace pensar que hay mucha solidaridad , que en estas situaciones lo importante son las personas y que no importa la ideología . Cada uno haremos lo que podamos , aunque sea poco, pero  todo es importante . Todos unidos los conseguiremos . Gracias y mil gracias y un aplauso para todos los que hacen el mundo más humano.
***
Todos conocemos las cosas buenas de las que nos hablan las noticias: la entrega de los sanitarios, el incansable personal de la UME y otras fuerzas de seguridad, los cuidadores de ancianos, etc.
Pero hay muchas cosas hermosas que se dicen menos y que también nos estremecen: la paciencia de los papás con los niños metidos en casa día y noche, la preocupacion de los hijos llevando la compra a sus padres ya mayores,  la indulgencia de muchas parejas que discuten más estos días, y también se perdonan más, los deseos de ayudar que tiene todo el mundo, aunque no pueda hacer nada, la oración de mucha gente por los enfermos, cuidadores y fallecidos, que sostiene la esperanza, las palabras de ánimo que pronunciamos por teléfono cuando vemos a alguien un poco más bajo, la obediencia a las recomendaciones de las autoridades que la población ejecuta para que esto mejore, los aplausos de las 20 h..... Me dejaré muchas cosas más que no veo. Gracias por hacer todas estas cosas tan buenas
***
La Bondad... Esa cualidad humana que es la que ha permitido avanzar a la Humanidad. Sin esa bondad y colaboración no estaríamos donde estamos.
Y como en todas las ocasiones este momento nos define a cada uno como persona.
Ahora, obligatoriamente, nos lavamos las manos varias veces al día (expresión muy cristiana que significa apartarse del deber); pero en lo importante... Nos las hemos de manchar, "pringarnos" cada uno con lo que pueda...Llamando a las personas mayores, animando a los amigos más tocados, cuidando a las familias, cada uno frente a los puestos en primera línea (dependientes, enfermeros, médicos, policías, farmacéuticos, camioneros), estando simplemente.... GRACIAS a tod@s las personas buenas. De CORAZÓN
Como S. José  justo y bueno. Es suficiente para que como personas merezcamos la pena.
***
Hoy he estado escuchando la misa en la tele y me ha gustado mucho la homilía. También creo que este parón que nos hemos visto hacer, nos hace mirar dentro de nuestros corazones, y a conocernos un poco mejor a nosotros mismos, intentar ser mejores personas y no cometer tantos errores
Gracias por estos momentos. Y por favor cuidaros todos
***
Alguno pensaréis que es una tontería. Pero yo quiero dar las gracias a todos los que con sus "videos chorras" , chistes, memes... Nos ha arrancado una sonrisa. Os envío el último que he recibido está mañana
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Nosotros en casa estamos pendientes del ruido que hacen nuestros vecinos de abajo, que tienen un niño de 11 meses. Que hay risas y se oye juego, pues nosotros ponemos música, nos reímos, jugamos.. que abajo se hace el silencio, pues en mi casa también. Leemos, vemos televisión en los móviles.. y así dejamos que el niño duerma y los padres descansen. Total. No cuesta nada.
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Buenas tardes! Como cosas buenas que nos afectan estos días, aunque ahora no lo notemos, el medio ambiente. El planeta agradecerá el respiro que esta teniendo, a pesar de que volveremos a aprovecharnos de él como lo hacíamos. Está siendo un tiempo de descanso y recuperación que nosotros disfrutaremos igualmente.
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Cuántos héroes anónimos hay en estos días de tanto miedo y tanto desconcierto. A todos ellos muchas gracias. En nuestra calle algún vecino nos ha puesto el resistiré y ha animado el aplauso. Para los que os gusta la gaitilla ....
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viernes, 20 de marzo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
    «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.


COMENTARIO
Dice el diccionario de la RAE que la palabra “justificar”, cuando se aplica a Dios, significa hacer justo a alguien, dándole la gracia.
Todos tenemos que justificar muchas cosas. El estudiante tiene que justificar a diario que ha hecho los deberes o ha estudiado. El trabajador, tiene que justificar su trabajo en las horas acordadas….
Y ante Dios ¿cómo podemos justificarnos? Nos dice también el evangelio que “por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 16). Efectivamente, podemos conocer a la gente por sus obras. Pero eso no es lo que nos justifica ante Dios. No nos sirve de nada ponernos delante de Dios para decirle una buena lista de cosas que hemos hecho bien. Hacer una lista así, no sirve más que para alimentar nuestro ego, como el fariseo. Dios nos ama porque somos sus hijos, independientemente de lo que hagamos. Un padre y una madre aman así. El amor de Dios es aún mayor. Desea que le amemos también, nos invita a que amemos al prójimo, según nos decía el evangelio de ayer. Por eso nos justifica el amor. Y cuando uno ama de verdad tendrá obras magnificas, pero ni las tendrá en cuenta, ni le importarán. Por eso decía Santa Teresa que ya solo en amar es mi ejercicio. Y cuando no amamos lo suficiente, seremos como el publicano de la parábola de hoy; nos sentiremos pequeños y pecadores, necesitados del perdón y de la misericordia del Padre. Sin duda, en nuestro interior conviven un fariseo y un publicano. A veces hay altercados entre ellos. Que cada día nos sintamos más libres de nuestras “buenas obras” y nos dediquemos a amar. Feliz jornada

Diario del Coronavirus. Día sexto (20/3/2020)



En el diario del coronavirus de hoy, como es viernes de cuaresma, os propongo que reflexionemos sobre el VALOR DE LA SOBRIEDAD. Vivimos de otra manera, qué duda cabe. Necesitamos menos cosas. Estamos en un ayuno forzoso, no de alimentos, pero sí de otras muchas cosas. ¿Qué nos falta?, ¿qué echamos de menos? ¿somos conscientes de cuántas cosas que no necesitábamos teníamos antes?....
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Valor de la sobriedad. Pues si.. sin calefacción y sin agua caliente se vive, y lo que nos queda.. no puedo decir más. Creo que estamos todos muy nerviosos ya que no sabemos en realidad está situación cuánto va a durar.. comida tengo, libros tengo, juegos tengo.. pero me falta calor.. aquí estamos cada uno en una habitación, unos leyendo, otros estudiando.. y sin calefacción.
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No todo es malo.... Hay que saber ver algunas cosas....Los pulmones de la tierra necesitaban respirar.
Las personas odiaban más que amaban.
El padre necesitaba pasar más tiempo con los hijos.
El rico pensaba que el dinero compraba la felicidad.
El futbolista tenía más éxito que el sanitario.
El estrés hacía temblar los corazones.
Y las razas levantaron grandes fronteras.

Un día, de repente, el mundo se paró y entonces la tierra comenzó a respirar aire puro.
Las personas, en su lejanía, se dieron cuenta de que se amaban.
La familia de nuevo estaba unida.
El rico, al no poder salir de casa, tuvo que conformarse con unos bollos de pan.
La gente aplaudía desde sus balcones a los verdaderos héroes.
Nuestras mentes se serenaban porque ya no había prisas.
Y cuando ya todo estaba a punto de estallar,  el mundo entero se unió, convirtiendo los 5 continentes
en solo UNO.
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Hola. La cuaresma es tiempo de ayuno. De lo que más estamos ayunando todos es de salir a la calle. Pero quedarnos en casa no significa que hagamos solo lo que nos pide el cuerpo. Los niños y jóvenes tienen que esforzarse en estudiar. Los adultos podemos trabajar de otras maneras: los que sois padres no os queda más remedio que ayudar a vuestros hijos en las tareas, cocinar, limpiar... Pero el resto del tiempo es bueno que lo dediquemos a cosas que nos enriquecen: leer, jugar en familia, charlar... Y por supuesto, rezar juntos e individualmente.
Yo me digo a mi mismo, que no debo ver más la TV de lo que lo hacía antes.
Ojalá que las privaciones obligatorias que está cuarentena nos trae, nos sirvan para fortalecer nuestro espíritu
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Buenas tardes, en esta situación la sobriedad no es un valor que todos entendamos del mismo modo. Durante este confinamiento me doy cuenta del valor de las cosas y como nos rodemos de cosas inútiles, pues lo mas valioso y que en la actualidad necesitamos es al prójimo. Pues solo una llamada telefónica no es suficiente para expresar y comunicar nuestras necesidades y sentimientos.
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Echamos de menos por ejemplo poder estar con las personas que queremos y poder salir a la calle y disfrutar del paseo y hablar con la gente que te encuentres. Pero tenemos que hacer esa penitencia y pedir que esto pase lo mas pronto posible.
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Echamos de menos las Eucaristías y no poder ver a las personas qué queremos
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Yo todavía no soy consciente de lo que está pasando. Teletrabajo y esto me lleva más tiempo de lo que empleaba en el colegio.
Cada mañana lo primero que hago es rezar y estudiar el Evangelio del día. No echo de menos el salir de casa. Estoy muy a gusto. Estoy disfrutando de mi hogar, en el que antes solo entraba para comer y dormir.
Los datos que dan las noticias me hacen pensar "¿Esto nos hará mejores personas?", ¿Sabré amar más al prójimo?
Y sí que busco momentos de olvidarme del móvil.
Es una Cuaresma diferente.

Evangelio del día


EN aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
    «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
    «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
    «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
    «No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.


COMENTARIO
En esta tierra en la que hay tantos reinos, o repúblicas, que igual da, existe un Reino con mayúsculas. Es el Reino de Dios. Fue inaugurado por Jesucristo, sin palacios, sin coronas doradas (solo de espinas), sin ejército… ¿Cómo podemos ser ciudadanos de ese Reino?
El evangelio de hoy nos da la clave. No se trata de cumplir mandamientos, ni de guardar costumbres virtuosas, ni de ser un gran asceta a base de sacrificios . Eso lo puede hacer mucha gente sin demasiado esfuerzo. En el Reino de Jesús no hay que esforzarse, porque para ser un ciudadano solo hay que amar.
Primero a Dios, con todo el corazón, el entendimiento y el ser. Dicho así, nos ponemos en crisis porque eso es amar mucho. ¿Le amo yo tanto? Le pido hoy que me ayude a amarle así.
Y en segundo lugar, amar al prójimo; pero no de cualquier manera. Amarle como me amo a mí mismo. También eso es mucho decir. ¿Estoy dispuesto a que todos los que me rodean tengan las mismas posibilidades, el mismo dinero, el mismo reconocimiento, la misma felicidad que yo deseo para mí?  Señor, ayúdanos a amar a nuestro prójimo como tu nos amas. Feliz día

Diario del Coronavirus. Día quinto (19/3/2020)


Buen y feliz día de San José. Felicidades a todos, que para eso es nuestro patrón. Hoy, en el diario del coronavirus, os propongo que hagáis una PETICIÓN POR INTERCESIÓN DE SAN JOSÉ. Seguro que en estos tiempos tenéis muchas cosas que pedirle al Padre. Felicidades a Los Josés y Josefas, a los padres y a los seminaristas. Muchas gracias y buen día
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Hoy pido a San José que cuide y proteja a cada  familia , a todos los que están sufriendo y a los que viven en soledad. Le pido que nos ayude a ser personas generosas y solidarias .
Ayudanos a afrontar cada dificultad que se nos presente en nuestro camino confiando siempre en nuestro Padre.
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Yo quiero pedir a Dios por intercesión de san José que nos proteja, en especial a los sanitarios, a las personas de pequeños y grandes comercios, a los transportistas... y a todas esas personas que ienen que salir de sus casas a su puesto de trabajo y están en primera línea de fuego en esta guerra contra el coronavirus. Protégelos.
Decía Santa Teresa: “Tomé por abogado y Señor al glorioso San José. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer”. Le pido a San José, nuestro patrón, que proteja a todas las familias, de manera especial a las que están sufriendo más de cerca la pandemia. Qué nos ayude a todos a afrontar con responsabilidad estos momentos, para que cuánto antes podamos superarlos y podamos volver a estar con nuestros seres queridos. Qué San José nos conceda lo que le pedimos.
Hoy quiero pedir a San José de un modo especial por nuestra parroquia. El es su patrón. Por todas las personas que la formamos. Aunque no nos podamos ver, nos sentimos cerca, nos sentimos comunidad, unidos por los estrechos lazos de la fe. Sé que hay muchas personas que en estos días lo están pasando mal. A todas ellas encomiendo a San José, para que nos mantenga en la esperanza y la fortaleza de ánimo. Un gran abrazo virtual a todos
Un padre es la persona que cuida de los suyos, que antepone el bien de su prole al suyo propio, que da sin esperar nada a cambio. En estos momentos de pandemia pido por todos esos padres que han aparecido de la nada, voluntariosos, amables, abnegados, serviciales, generosos, cuidando de todos nosotros. Qué por la intercesión de San José no decaigan sus fuerzas, alienten su esperanza y sigan siendo unos padres para todos nosotros. Amén
Nosotros también pedimos por los sacerdotes para que San José diga inundando vuestros corazones de gracia y fortaleza  para que sigáis ayudándonos a fortalecernos más en la fe cada dia🙏
Yo pediré por todos los mayores y en especial, por los de mi residencia, por todos los que están enfermos, y hoy en particular, pediré por un chico de mi pueblo que ayer fallecía de una caída del caballo, por El y su familia, Buenos días y besos💋💋💋
Buenos días,  yo quiero pedir por las personas que se encuentran solas en sus casas sin poder relacionarse con nadie. Que les de fuerza y ánimo para que no se rindan y no caigan en la tentación de salir de sus casas para buscar compañía .
Buenos días! Muchas felicidades a todos los José y M José y también a los padres. Yo también me acuerdo mucho de los mayores, sobre todo los que viven en los pueblos con tanta soledad
Y ya puestos quiero pedir por todas las personas mayores que están viviendo esto en soledad. Que dentro de su sabiduría sepan llevar esta situación con tranquilidad. Que Dios les dé la fe y la paciencia necesaria.
Con la confianza de José de Nazaret , y con su ejemplo al cuidado de María y Jesús, pidamos a Dios que nos dé a todos el corazón paciente y comprensivo de los padres buenos y abnegados. Que con su estímulo , en estos tiempos especialmente complicados para las familias, hagamos de nuestras casas espacios de fe, amor y esperanza.
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miércoles, 18 de marzo de 2020

Evangelio del día


Día de San José

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
JACOB engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
    «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Qué duro debió ser para José enterarse de la maternidad de María. Si hubiera sido uno de tantos la habría repudiado públicamente. Pero José era bueno; por eso decidió repudiarla en secreto, para no perjudicarla. La realidad es dura. La vida está llena de problemas que no esperábamos. Quién iba a pensar en Navidad que en menos de tres meses íbamos a tener una crisis mundial como la que estamos padeciendo.
Pero hay muchas formas de ver la realidad: con ojos egoístas, envidiosos, soberbios, malvados… Pero también la podemos ver con ojos de bondad, como la veía José, con ojos transparentes y confiados. Por último, podemos mirar la realidad con los ojos de Dios. Eso es lo que transformó a José. Ojalá se nos aparezca el ángel del Señor y nos ayude a ver todo esto que estamos pasando a través de sus ojos, con una mirada que va más allá de los hechos.
Hoy hay gente que se aprovecha de la situación de pandemia para hacer negocio a costa de los demás o para imponerse sobre otros. También hay gente buena, muy buena, como José, que se está dejando la piel en un hospital, o en su trabajo, o cuidando de los mayores, o de los niños en sus casas… Pero todos necesitamos que Dios nos ayude a mirar la vida con sus ojos: ojos de esperanza, de consuelo, de amor que da la vida, de resurrección. Con una mirada así nada hemos de temer. Felicidades a todos los Josés, Josefas y a los padres. También a nuestros seminaristas. San José, ruega por nosotros.

Luis Guitarra-Todo va a ir bien





Diario del Coronavirus. Día cuarto (18/3/2020)


Buenos días. Os propongo hoy como tema de reflexión EL TRABAJO y ESTUDIO. Muchos trabajáis fuera, otros, desde casa, Otros no trabajáis. Otros trabajáis en el hogar, ¿Cómo lo vivís? ¿Teméis por vuestro puesto de trabajo? ¿Cómo os arregláis los estudiantes para llevar al día las tareas?...
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Buenos días, yo personalmente no veo peligrar mi trabajo, pero son y serán muchos los que lo hagan, en este tiempo que estamos pasando, rezo para que Dios y la Virgen María, nos ayuden a combatir la enfermedad tan contagiosa y  por la angustia y dolor de tantas familias que están sufriendo ya no la enfermedad en si, si no también las consecuencias económicas, también rezo para que las ayudas a estas familias lleguen a tiempo, y no se queden en palabras si no en hechos.
Y referente a mi trabajo, espero poder realizarlo sin contratiempo, ahora ya tenemos mascarillas, porque hemos trabajado sin ellas, y la verdad que nos ha preocupado no por nosotr@s mism@s, si no por los que nos rodean, ya sean nuestros viejecit@s, si no también familia y los que nos rodean en nuestra vida
Tenemos que orar bastante, para que esto se pase, y volvamos a la normalidad, y podamos disfrutar de la LIBERTAD, que a parte de nuestra vida propia y es lo más grande que Dios nos concedió,
Buenos días, y cuidaros💋💋💋
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Buenos días, mi trabajo esta en el hogar y en este encarcelamiento disfruto de estar rodeada de los peques, que a ellos si les ponen tareas desde el cole. Lo vamos a tener un poco difícil puesto que no tenemos conexión a internet. Por otro lado, nos encontramos ante una incógnita respecto al trabajo de mi marido, no sabemos que medidas tomarán. Para mi el trabajo en estos momentos no es importante, puesto que el señor nos ayudará y no dejará que nos falten medios para conseguir el pan.
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Yo me siento raro sin el trabajo diario, aunque estoy de guardia por si hay algún entierro o alguna unción de enfermos. Pero no me aburro nada. Saco más tiempo para rezar, leer, limpiar, incluso hago ejercicio casero. Me acuerdo de los que tienen que ir todos los días a trabajar, sobre todo de los sanitarios o cuidadores en residencias. Supongo que para ellos estará resultando todo esto muy difícil. Al stres de la acumulación del trabajo, se añade la presión psicológica. Mucho ánimo para todos los que estáis es esa brecha diaria. Pido por vosotros y vuestras familias.
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Comienza un nuevo día de confinamiento. Y continuamos con el trabajo en casa. Hoy tengo que salir a comprar (os mandaría foto y seguro que os arrancaba una carcajada). No puedo ir sola. Vendrá mi hija conmigo, un metro por delante, siempre guardando las distancias. Me da rabia, miedo, frustración.. pero es lo que toca. Y lo reconozco. Estoy cansada de tanto aplauso, himno, canciones, deporte en casa... vamos, de todas esas cosas que no hacemos nunca, y ahora llevamos cuatro días que no paramos. Creo que estamos muy nerviosos, y nos vamos acelerando unos a otros más cada día. Pido por qué esto acabe pronto, y acabe bien
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Hola a todos, es un día raro ya que es miércoles día en que me reunía con la gente de la parroquia, peques, etc pero espero que a todos nos haga reflexionar empezando por mi sobre el sentido de la comunión de los hijos de Dios. Y claro echo de menos a mi gente de aquí, y de otras ciudades. Pero se que con Jesús amigo y hermano espero que nos ayude a superar, nuestros miedos. Mañana es el día del Padre, y le pido que nos ayude a todos a superar este virus . Un brazo.
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Rezo por las familias que están en pisos pequeños, sin terraza y con niños.
Rezo por los que tienen niños o adultos con enfermedades graves y crónicas que quizá necesiten atención médica.
Rezo por las familias con problemas serios de pareja o niños maltratados que su vía de escape era ir al colegio unas horas.
Rezo por los que están solos y ancianos desamparados. Rezo por los médicos que se juegan la vida visitando a domicilio por posibles casos del virus.
Rezo por los celíacos y alérgicos que han arrasado con los únicos víveres q pueden comer ellos.
Rezo por las familias con pocos recursos que su despensa está casi vacía porque comen y compran lo q pueden cada día.
Rezo por los negocios pequeños que dejarán de ingresar en casa su sustento.
Rezo por los ancianos en residencias y sus cuidadores.
Rezo por los empresarios que quizá deban despedir empleados tras pasar esta situación y por dichos empleados.
Rezo por los que no tienen fe. Rezo por los sacerdotes y su dedicación en estos momentos e intenciones.
Rezo por los fallecidos y por la incertidumbre de los enfermos y sus familiares. Rezo por los presos en las cárceles.
Rezo por los adictos a sustancias que pasarán malos momentos. Rezo por los que les han cancelado sus vuelos para volver a su hogar
 Rezo por los que tienen claustrofobia o problemas de ansiedad.
Rezo por las embarazadas o que deben dar a luz estos días.
Y rezo por los que mueren cada día por motivos que tendrían solución, como el hambre, enfermedades sencillas o falta de higiene, que viven en países del tercer mundo.
Por todos ellos, que el Señor llene de esperanza sus vidas y de serenidad.
Demos gracias por lo que tenemos y por lo que hemos tenido siempre. Que la caridad sea prioritaria a todo acto de egoísmo. AMEN.
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Buenos días a todos, en mi caso, no hay mal que por bien no venga, digo esto porque necesito bastante tiempo para acabar la memoria de prácticas y el trabajo de fin de grado y estos días me van a venir bastante bien para avanzar mucho en ambos. En cuanto a las clases, desde la Facultad decidieron suspender las prácticas para evitar riesgo de contagio en los colegios, esto me entristeció porque estaba aprendiendo muchísimo. Respecto a reuniones y seminarios varios, se siguen impartiendo vía online, es un poco distinto pero ayuda a que mantengamos el ritmo de trabajo.
En definitiva, como siempre hay que saber sacar la parte buena de cada situación.
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Buenas tardes! Además de sumarme a la petición anterior, os cuento un poco... yo hoy he tenido que ir a trabajar. Vamos un día si y otro no. Y he de decir que hemos estado más tranquilos, ya nos han dado guantes. En los pueblos no os podéis imaginar, parecen pueblos fantasma, no se oye nada. A pesar de todo me he sentido afortunada por poder salir y andar tranquilamente. La gente tiene mucho miedo, hemos dado todo sin firmar y la gente agradece mucho nuestra recomendación de no salir. También he visto dibujos de niños en las ventanas, igual que mis hijos, esto debería aconsejarse, alegra un montón ver colores alegres. En fin, ya nos queda menos. Besos para todos
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Mi reflexión desde el hospital: veo y palpo la preocupación, de estos profesionales, y como luchan por controlar la situación y dar el 100%100 ...y cuando digo todos es: desde los sanitarios hasta el repartidor q viene a reponer las maquinas de café....así que ya sabéis tenemos q hacer las cosas bien, para cuidar a toda esta gente maravillosa...... Buen día a tod@s grupo💋
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Yo sigo trabajando desde casa y me alegra el corazón recibir las fotos de mis niñ@s haciendo las tareas. Me siento más cerca.
He salido a comprar 🥖 y las pocas personas que me he encontrado iban cabizbajas, deprisa y como con miedo... Yo les he saludado de lejos con la mano cual reina Letizia y con un buenos días , aunque no les conocía. Para no perder la educación y espantar el miedo.. Y menos ahora que estamos aislados.
Cuando he pasado bajo vuestra casa os he saludado: Sagrario y familia, Cris y familia, he visto todos los arcoiris... También a mi hermana y sobrinos. Y aunque no estabais asomad@s, lógicamente, os he sentido más cerca. Besos.
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Yo no sé muy bien que deciros. Como sabéis estaba esperando a que me llamaran, es bastante posible que esté curso ya no ocurra, pero curiosamente no es lo que más me preocupa ahora. Intento hacer alguna cosa de la academia o seguir con el curso online, la verdad que pensar en otra cosa durante un rato es bastante guay.
Hoy me he acordado de Cris porque tengo el día un poco ñoño, porque creo que se me han juntado un poco las cosas (echar de menos, el no estar donde te gustaría y pensamientos varios), pero ya se me pasa jaja.
Un besote a todos!
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Yo la verdad que sigo trabajando como si no pasara nada, siento rabia ya que algunas empresas como la mía que no es de primera necesidad sienten que es más importante el seguir ganando dinero que la salud de sus propios trabajadores, aunque ya nos hemos quejado y la solución que nos dan es el despido si no queremos trabajar, y no están las cosas como para dejar un trabajo. También se siente miedo al entrar en una casa o un negocio abarrotado de gente y volver a casa sin saber si mañana te pondrás malo o harás ponerse enfermo a algún familiar.Si que es verdad que el trabajo también me sirve como vía de escape, ya que tengo la costumbre de viajar todos los días y no parar de moverme por lo que cuando me confino en casa durante unas horas estoy que me subo por la paredes. Igualmente viajo solo por lo que me da para pensar en muchas cosas tanto buenas como malas. Entre los compañeros nos llamamos para hacernos compañía en los viajes y nos intentamos animar ya que sentimos todos lo mismo pero aún así se hace muy duro
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Pufff!!! El trabajo, si bien es mi vía de escape para respirar, ya que me permite salir de casa y cambiar de ambiente, puesto que aunque a puerta cerrada, nosotros seguimos trabajando, también es la forma de estar más cerca de la realidad latente u de que el miedo te estremezca el cuerpo. Esta tarde hay un entierro y mañana otro y en vez de pensar en los familiares y en dar cristiana sepultura al fallecido, lo primero que se te pasa por la cabeza es como organizarlo todo de manera que tus compañeros de trabajo corran el menor riesgo posible. También te permite darte cuenta de la ruindad de algunas personas que al cuestionarles su minuto de gloria, son capaces de difundir en redes sociales y otros medios, comentarios personales e infundados, que sin duda hacen daño. Como veis, hoy no es mi mejor día y tengo una sensación muy extraña que me recorre el cuerpo. Pero estamos empezando el día y seguro que algo bueno nos deparará y hará que sea más fuerte que lo negativo
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(N.) como te entiendo, esa era una de las preocupaciones que yo ponía el primer día, el egoísmo y no entender que ahora mismo no es momento para algunas cosas, y que no podemos estar acompañando a la gente en todos estos casos que por desgracia se van a dar. Mi trabajo como sabéis ahora es desde casa, asique no cambio de ambiente pero si me ayuda a no estar todo el día pendiente de las noticias, a desconectar y pensar en otras cosas lo cual agradezco.
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Pues la verdad es que sigo trabajando desde casa , me supone una manera diferente de trabajar con mis alumnos , me exige compromiso, responsabilidad, profesionalidad y conectar con el resto de mi equipo. Me gusta saber de ellos y que están bien.
Mi trabajo también está en casa acompañando a mis hijos en sus tareas. Preferiria estar en el colegio , pero lo veo como una oportunidad . No paro ni un momento dentro de casa, estoy recuperando muchas cosas que tenía pendientes y que me  gustan.A pesar de la situaciòn lo vivo con paz , sé que llegarà la calma y la resurreciòn.
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Como muchos de vosotros sigo trabajando desde casa. Me parecia algo impensable pero ahí vamos.  Les mando tarea diaria a través de una app pero echo de menos a mis alumnos, me gustaría saber como estan, son pequeños y no creo que lleven bien estar tanto tiempo en casa. También echo de menos a mis compañeras, las risas... los ratos que pasábamos, los viajes... pero seguimos juntas por el wasap, con las mismas risas y compartiendo las preocupaciones. Soy afortunada por tener el trabajo que tengo y compartirlo con un equipo tan maravilloso.
En casa el trabajo sigue como siempre...  acompañando las 24 horas a mi familia y retomando o intentando retomar cosas que llevaba tiempo sin hacer.
No paro ni un momento  lo que me ayuda a no aburrirme y como se decía antes... fon ganas de daros un abrazo. TODO VA A IR BIEN.