Hacia una comunidad parroquial renovada por el Evangelio

Durante el curso pasado, en nuestra parroquia, estuvimos reflexionando sobre la Nueva Evangelización. Era una propuesta de la Iglesia Universal que nos ayudaba a caer en la cuenta de que nuestro mundo ha cambiado y tenemos que presentar el Evangelio de un modo nuevo. Una de las claves de la nueva Evangelización es la clave COMUNITARIA. Vivir de un modo renovado la experiencia de comunidad en nuestros grupos de la parroquia, es un primer paso para ser evangelizadores en el mundo de hoy. Por eso, este curso podríamos mirar hacia el interior de nuestros grupos y comunidad parroquial en general para preguntarnos que nos pide Jesús hoy, y buscar formas nuevas para renovarnos.
Para colaborar en esta labor en cada número de La Vidriera (y a la vez en este blog) ofreceremos un pequeño texto que nos ayude a reflexionar sobre algún aspecto de la clave comunitaria, uniéndonos así al trabajo que se está realizando en todos los grupos y también a nivel parroquial.
Este curso tenemos como objetivo general de la parroquia “Avanzar en la vida comunitaria de nuestra parroquia”, que a su vez se concreta en otros tres objetivos específicos:
1) Revisar la vida personal y comunitaria de los grupos parroquiales.
2) Profundizar en el sentido de parroquia-comunidad.
3) Repensar la dimensión misionera de la comunidad parroquial.
Para llevar a cabo estos objetivos se han planteado una serie de acciones como son la elaboración de fichas para trabajar en los grupos, el que cada grupo realice un mural para darse a conocer o el encuentro inicial y final de curso de todos los miembros de la parroquia. De estos, el pasado 20 de octubre tuvo lugar el encuentro de inicio de curso en el que se trabajó la corresponsabilidad de todos los miembros de la parroquia y se celebró una eucaristía de acción de gracias por los veintisiete años de la consagración de nuestro templo parroquial.