viernes, 1 de noviembre de 2019

Almas misioneras


Una vez que pasa la Santa, en Ávila es cuando comienza realmente el curso y con él los nuevos proyectos. Esto también sucede en la parroquia.

Durante el mes de octubre hemos estamos celebrando en toda la Iglesia universal el mes misionero al que nos había convocado el Papa Francisco. Ha sido, sobre todo, un momento para la reflexión y para tomar conciencia de que todos los bautizados somos almas misioneras, mujeres y hombres que estamos llamados a vivir nuestra fe con alegría y así mostrarla y demostrarla en medio de la sociedad. No se trata de hacer grandes obras, sino que, en lo cotidiano, en el día a día, seamos capaces de dar testimonio con hechos y con palabras.

Los cristianos, el Pueblo de Dios, y de forma especial los laicos, estamos llamados a mostrar a Cristo y a su Palabra en todos los ambientes en los que nos movemos: familia, trabajo, amigos, ocio, y de forma especial tenemos que hacernos presentes en aquellas circunstancias más desfavorables y entre aquellas personas que más lo necesitan, porque son los marginados, los descartados de la sociedad, pero los primeros a los ojos de Dios.

En esta misión somos unos simples enviados, unos empleados al servicio del Reino de la Paz y la Justicia. Una tarea amable a la que nos envía aquel que dentro de su divinidad quiso compartir nuestra humanidad.

Aprovechemos estos momentos de reflexión, pensemos a la luz de la Palabra y la oración cuál puede ser el compromiso que adquiramos para vivir intensamente nuestro ser misionero. Sintámonos alentados por la comunidad parroquial, pues esta tarea sólo alcanza su máxima dimensión cuando se vive de forma comunitaria, como miembros de un solo cuerpo que es la Iglesia.

Comienza un nuevo curso y la misión continúa.
 Atrévete a ser y reconocerte como alma misionera.


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