viernes, 22 de mayo de 2020

Evangelio del día


Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 16, 20-23a)

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».
Palabra del Señor.


COMENTARIO
Dice el hermoso salmo 125: “Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas”. La dinámica de la naturaleza parece alternar el llanto con la risa; el dolor con el gozo; la tristeza con la alegría… El grano de trigo tiene que morir para dar fruto; la parturienta, tiene que sufrir los dolores del parto, pero con el nacimiento de la nueva criatura, se olvidan los dolores, porque desborda la alegría.
También la vida de Jesús entra en esa dinámica de muerte-resurrección, presente en la naturaleza y en la vida de fe. El seguimiento de Cristo está lleno de cruces, de entrega, de dolor compartido, de servicio a los hermanos. Pero los cristianos no somos masoquistas; no buscamos el sufrimiento, al contrario, buscamos la vida. Pero el que ama sufre, es inevitable. Jesús abrazó la cruz solo por amor. Hoy podríamos recordar a todas las madres y todos los padres que sufren por amor a sus hijos. Sus desvelos alcanzarán recompensa. También a todos los que gratuitamente trabajan en la Iglesia y en el mundo para hacer realidad el evangelio: los que cuidan a los enfermos, los que tienen sensibilidad para ayudar a los más pobres, los que son incomprendidos y rechazados por trabajar por la paz… A pesar de las dificultades podemos confiar en la vuelta de la alegría. “Cuando el Señor cambió la suerte de Sion, nos parecía soñar; la boca se nos llenaba de risas, la lengua, de cantares”, dice el salmo. Esas hermosas palabras no hemos de olvidarlas cuando estamos hundidos en una crisis sanitaria y económica gravísima. Muchos vamos a poner todo lo que podamos para que nuestros hermanos salgan de ésta. Feliz viernes

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