jueves, 24 de diciembre de 2020

Evangelio: Natividad del Señor


NATIVIDAD DEL SEÑOR

PRIMERA LECTURA Is 52, 7-10

Lectura del libro de Isaías.

¡QUÉ hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que proclama la paz,
que anuncia la buena noticia,
que pregona la justicia,
que dice a Sion: «¡Tu Dios reina!».
Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro,
porque ven cara a cara al Señor,
que vuelve a Sion.
Romped a cantar a coro,
ruinas de Jerusalén,
porque el Señor ha consolado a su pueblo,
ha rescatado a Jerusalén.
Ha descubierto el Señor su santo brazo
a los ojos de todas las naciones,
y verán los confines de la tierra
la salvación de nuestro Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6 (R/.: 3cd)

R/. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

V/. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

V/. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

V/. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

SEGUNDA LECTURA Heb 1, 1-6

Lectura de la carta a los Hebreos. 

EN muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»; y en otro lugar: «Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo»?
Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios».

Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Lc 2, 10-11

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.

V/. Nos ha amanecido un día sagrado;
venid, naciones, adorad al Señor,
porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra. R/.

EVANGELIO (forma larga) Jn 1, 1-18

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne,
ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

1- El proyecto de Dios
El prólogo de san Juan nos remite a la creación del mundo. Nos recuerda que desde el principio existía el Verbo, la Palabra. Desde el principio Dios tenía un proyecto para el mundo, sabía que quería hacer, qué quería decir a sus interlocutores, los hombres.
El Verbo, la Palabra no es una idea, no es un proyecto teórico. Es una Palabra con vida, con existencia por sí misma. Por eso el Verbo estaba lleno de luz, destinado a ser luz para los hombres.

2- La luz y las tinieblas
A San Juan le gusta hablar de este binomio Luz-tinieblas que aparece muchas veces en su evangelio. Esto nos recuerda que desde el principio Dios nos ha hecho libres para elegir la Luz o las tinieblas, la oscuridad, el pecado y la muerte del mundo. Aunque la Luz se ofrece muchos no quieren recibirla.
Aunque esto parece un texto muy filosófico, en realidad constatamos que nuestro mundo está lleno de tinieblas cuando vemos tanta violencia, tantas guerras, tantos enfrentamientos, tanta hambre, tantas desigualdades… Realmente parece que la humanidad ha preferido siempre las tinieblas a la luz. Pero no siempre es así. Hay personas que han aceptado la Luz de la Palabra.
Si nos quedáramos en una visión pesimista de la humanidad, no tendríamos esperanza. Es cierto que hay muchos hechos en nuestro mundo que no nos invitan al optimismo. Pero no es menos cierto que ha habido y hay personas e instituciones que han hecho avanzar a la humanidad por las sendas de la Luz: la implantación de la educación y la sanidad para todos, los gestos de solidaridad entre las personas y los pueblos, los grandes santos que han dado su vida por los demás….
Todos los que reciben a la Palabra, que es Jesús, tienen el poder de ser Hijos de Dios, porque le tienen como Padre. Otros prefieren tener como padre a las tinieblas.

3- El Verbo (Palabra) se hizo carne
La Navidad es misterio de encarnación. El proyecto de Dios se hace realidad en un Niño, en un hombre concreto que nos enseña a vivir porque es portador de vida. La encarnación nos recuerda que hemos de tener cuidado cuando creemos en un Dios celeste ajeno a toda realidad. Jesús no es una idea bonita, es una persona que vive las sensaciones que vivimos nosotros, que pasó hambre y frío, que tuvo dudas y dificultades, que sintió dolor como lo sentimos nosotros, que se tuvo que enfrentar con los problemas reales que nosotros tenemos. Precisamente por eso es luz. Si vivió lo mismo que nosotros vivimos, supo afrontarlo a la manera de Dios: desde un amor inmenso a las personas, desde la apuesta por la vida, desde la libertad ante las propias leyes religiosas que a veces oprimen a hombre..
Cuidado con una fe espiritualoide, instalada en la visión de un Dios tan elevado que se separa de la realidad de cada día. Dios está presente en cada acontecimiento, en cada persona, en cada paso que damos. Dios se encarna. A veces nosotros nos empeñamos en huir del mundo, mientras que Dios se hace mundo, se encarna, se mete en nuestra vida. ¡Ojo! Que se meta en el mundo no significa que se mundanice. Jesús es luz para el mundo, pero no se deja influir por la tiniebla que lo habita. Jesús come con los pecadores, se acerca a ellos, les perdona, pero no se deja contagiar por su pecado, no se deja seducir por el poder de las tinieblas.
La Navidad nos recuerda que es importante entrar en el misterio, contemplar la gloria de Dios. Pero a la vez, se nos invita a encarnarnos como hizo Jesús, a mantener viva la preocupación constante por los problemas de este mundo en que vivimos, a ser fuerza transformadora de la realidad de las tinieblas. Si no conocemos el proyecto de Dios, nos dejaremos seducir por la fuerza del mal. Solo la oración, la contemplación, la amistad con Jesús, nos ayudará a conocer el misterio de la Luz. Pero si no nos implicamos para hacer un mundo mejor, la Luz se quedará en nosotros, debajo del celemín. La luz está hecha para alumbrar a todos. ¿Seremos portadores de la luz de Dios en esta navidad?

FELIZ NAVIDAD


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