sábado, 6 de marzo de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO III DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA (forma breve) Éx 20, 1-3. 7-8. 12-17

Lectura del libro del Éxodo.

EN aquellos días, el Señor pronunció estas palabras:
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a mí.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Recuerda el día del sábado para santificarlo.
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R/.: Jn 6, 68c)

R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
V/. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
V/. Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

SEGUNDA LECTURA 1 Cor 1, 22-25

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

LOS judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio (Cf. Jn 3, 16)

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna.

EVANGELIO Jn 2, 13-25

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

SE acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había
dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Palabra del Señor.


HOMILÍA

1. La Pascua en Jerusalén
Al acercarse la pascua, muchos judíos procedentes de los más diversos lugares, se acercaban a Jerusalén para celebrar los ritos pascuales. La capital era un lugar santo; y su templo era el principal edificio, el lugar donde Yahvé habita. Al templo acudían los judíos para ofrecer sus sacrificios de animales y otras ofrendas. Así pedían favores a Dios e imploraban perdón por las faltas cometidas.
El templo era el centro religioso de Israel, pero también era un centro económico donde se cambiaba moneda, se hacían negocios y se vendían animales para los sacrificios. Cuando alguien quería pedir un favor a Dios o pedir perdón, entregaba un cordero u otro animal doméstico, al sacerdote para que fuese sacrificado. En ocasiones se rociaba la sangre del animal sobre el pueblo. Muchos profetas habían alzado la voz contra los sacrificios vacíos que se ofrecían a Dios El salmo 40 nos describe cómo no agradan a Dios los sacrificios ni las ofrendas; lo agradable para él es el cumplimiento de su voluntad. Muchos pensaban que todos los sacrificios eran ritos vacíos.
2- Jesús entra en el templo
Jesús echa del templo a los vendedores. Nos dice también que expulsa a las ovejas y bueyes. Jesús se convertirá en el nuevo pastor de esas ovejas que saca del recinto que las aprisiona y las exprime la vida. Esas ovejas son el Pueblo de Dios a quien Jesús quiere redimir. Después esparce las monedas de los cambistas, recordando que la casa de Dios no es un mercado. Al contrario, es casa para la oración, para el encuentro.
La religión judía se había convertido en un negocio que aprisiona a los fieles, que utiliza y explota a los más pobres a cambio de unos supuestos favores de Dios. El templo se ha convertido en un recinto donde se adora al dios Dinero. Se está utilizando el nombre de Dios para explotar a la gente.
Desgraciadamente la historia de las religiones está llena de estos abusos, que contrastan con la verdadera fe. Jesús quiere que la relación con Dios sirva para liberarnos, no para atarnos, para explotarnos. Él transforma la religión. El episodio de la expulsión de los vendedores del templo enemistó a Jesús definitivamente con las autoridades religiosas de Jerusalén.
3- Jesús , el nuevo templo
Los dirigentes, que se identifican con los vendedores, exigen una señal a Jesús que justifique su escandalosa actuación.
Jesús les da la señal de su muerte. Libera a los corderos que se sacrificaban en el templo. En su lugar, se pone él, como el Cordero de Dios que entregará su vida como máximo servicio a la humanidad. Los dirigentes lo matarán para borrar al verdadero Dios de la Tierra. Esos mismos dirigentes destruirán el templo de Jesús, la persona donde Dios habita. Jesús es el nuevo Templo. La persona de Cristo es el lugar más sagrado, pues él es Dios-Hombre. Ese templo será destruido por la maldad de muchos, pero en tres días será reconstruido. Jesús se está refiriendo a su propia muerte y a su propia resurrección. Ese templo contiene la plenitud del Espíritu de Dios
4- Vinculados a Jesús por el Espíritu
Todos nosotros, cuando recibimos el Espíritu, quedamos vinculados a Jesús. Por eso también somos templo de Dios. Decimos que los templos son lugares sagrados, pero no hay nada más sagrado que el ser humano, el lugar donde reside el Espíritu. Por eso es contradictorio cuidar nuestros templos y a la vez ignorar a nuestros hermanos. Hemos de cuidar muy bien nuestros templos, como es lógico, pero hemos de ser más exquisitos en el trato con las personas que nos rodean, especialmente con los pobres, los enfermos, los excluidos… Todo ser humano es templo del Espíritu. Todo cristiano, cuando comulga, se hace portador de Cristo, se alimenta de su vida. Cuidemos los espacios sagrados con esmero, como nos dice Mt 25, sabiendo que cuidamos a Jesús mismo: los hambrientos, los sedientos, los encarcelados, los enfermos, los migrantes…Cuidemos nuestro cuerpo que acoge a Dios, también cuando estamos enfermos, cuando el cuerpo es un despojo, cuando.
Cuando estamos habitados por Dios, le ofrecemos nuestra vida, como Cristo la ofreció. Su ofrenda está siempre motivada por el amor. Nosotros nos ofrecemos movidos por él, que es Cordero que se ha dado su vida por todos. 
Feliz domingo

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